domingo, enero 28, 2007

Día de enero, un regalo para mí

El teléfono suena a las 8 de la mañana. Es un día especial. Mis hermanas preparan un tiramisú para celebrar mi cumpleaños. Se reunen para celebrarlo, aunque yo no esté. Me encanta. Papá y mamá con ellas. Vosotros allí y yo aquí, juntos igual.
Día brillante, tranquilo. Me paseo por él disfrutando cada momento. Es mi cumpleaños. Me deleito, lo siento discurrir; buenos amigos que hoy se acuerdan de mí me mandan mensajes, me desean lo mejor. Me quedo con cada uno de ellos un rato, en silencio, con cada uno. Agradecida. Calidez.
Sigo regalándome el día, flotando entre sus veredas.

El teléfono suena
- ¿Quieres ir al concierto de la sinfónica?
- Zukerman está tocando, ¿verdad?
- Sí. Está tocando el concierto en la menor de Bach
- Y la 4ª de Tchaikovski
- Sí, me gustaría ir. (Inesperado.) Va a ser bueno escuchar en vivo el concierto de Bach después de escucharlo tantas veces con piano, tocarlo, escuchárselo a mis alumnos también. Y la 4ª de Tchaikovsky con ese inicio tan poderoso e irresistible en las trompas. Vamos.

Día brillante, con personas muy queridas, buenos amigos, música, comida exquisita con un menú que inventas y que sale magnífico por ese marisco con chile guajillo, con mimos. ¿Qué más puedo pedir?
Me regalo el día y vosotros, cada uno, multiplicais ese regalo y me lo entregais engrandecido.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, no ha estado mal el día de tu cumpleaños.

Anónimo dijo...

¡¡felicidades!!