jueves, febrero 06, 2014

Una primavera de invierno


Le robamos días al invierno y volamos al sur. Es la Ciudad de México. Apenas si nos escapamos de una nevada más en el Midwest y de unos cuantos días de menos cero. Aunque ayer salimos con casi cuatro horas de retraso, por lo menos salimos.
Sentir el aire cálido nada más llegar ayuda a recobrar sensaciones. Hay grillos al atardecer.
Es momento de disfrutar.

Hoy salimos a caminar por el centro. En realidad queríamos ver una exposición de objetos maya que hay en Palacio Nacional pero tenemos mala suerte porque hay una actividad de algo del ejército y han cerrado el edificio para el público. Cambiamos de planes y caminamos



Siempre hay algo que hacer en esta ciudad de micromunddos


en la que la gente son actores del escenario vivo. 
Sé que ya me he acostumbrado a ver esta esquina pero hace mucho tiempo que no subo una foto así. En algunos lugares del mundo, la crisis y la falta de trabajo es permanente



Siempre están ahí, junto a la verja que rodea la catedral



Así, descontextualizado, el Templo Mayor pierde sentido. Hoy no hay tanta gente a sus puertas. Tampoco tantos vendedores. Cuando hay actividades en el Zócalo, "la autoridad" mueve los puestos a calles cercanas. Al pasar por una de esas calles, los pregones de las ventas ensordecen. Grabo. El paisaje sonoro dice que estamos en México. Noy hay duda. 
Lo mismo que esta construcción de esas calles del centro


y negociosque comparten espacio que otros más modernos. Éste es de hace 70 años




y la Dulcería Celaya de 1874


Vemos los buñuelos en el escaparate


pero no los compramos. Hoy tocan palanquetas de ajonjolí y amaranto, obleas con dulce de leche y cocadas de limón que guardamos para un poco después.
Sí, ese centro de la Ciudad de México lleno de mágicas idiosincracias,


con luces


y vida propia



Es casi primavera. El parque en Coyoacán suena a eso.
Cuando recogemos el coche ya el sol empieza a bajar. Del sur vamos al norte. Hacemos otra parada para a ver a unos amigos y de regreso a casa tratamos de creernos estos días tan distintos al invierno del norte y el encierro del trabajo. Todo es parte de la vida.

2 comentarios:

José Núñez de Cela dijo...

Verdaderamente, una ciudad increíble que me gustaría conocer. Al menos tengo tus fotos y comentarios.

Gracias y Saludos!

Raquel dijo...

Hola José,
últimamente casi no escribo en el blog porque ando metida en otros azares, pero esta vez no quise dejar de paso estas calles. Gracias por escribir.