lunes, octubre 17, 2011

En sepia

Las fotos saben esperar. Viven entre pestañas que asoman asoman. Cuando saben que ha llegado su momento, despiertan

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Siglo veintinuno. En la gran ciudad la noche no tiene luceros. Hay música pero el espeso manto de ruidos hace tibia la escucha. El suelo no es de tierra y la piedra no es dura. Pero ahí están la voz, el arpa, el pespunteo del tambor y una tabla donde el baile borda entre punta y tacón un pasado en el presente, y un presente que se admira al pasar

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Música al fin y al cabo que se entrega con toda la nostalgia y fuerza para evocar. Y como las fotografías, también sabe esperar.

5 comentarios:

Irreverens dijo...

Qué post tan enigmático... tanto como las fotografías, que me encantan.
:)

Parecen trasladarnos realmente a otra época.

besotes

Belén dijo...

Buf, las fotos en sepia me encantan hija... sean del siglo que sea...

besicos

Raquel dijo...

Irre,
pense justo eso ayer, e incluso esta mañana cuando lo volví a leer.
Las fotos son de principios de junio, de un festival impresionante que se hace en la Ciudad de México, Son para Milo: tres días de música y baile tradicional. Este grupo se llama Fuentes brotantes. Unas semanas después de este festival, tuve la oprotunidad de conocer a Josué (el chico que está tamboreando en el arpa) y a Saya (está cantando y tocando la vihuela)la oportunidad de conocer. Ahí también está Alejandro, profesor e investigador, y dos violinistas que no se ven. El grupo toca música de la Tierra Caliente de Michoacán, un estilo de sones que se llaman de arpa cacheteada (porque el arpa, además de tocarse de la manera en que probablmente tú sabes, también se percute en la caja, se cachetea). Hay dos bailadores en el escenario. Este grupo está haciendo un trabajo importante de recuperación de repertorio, estilo, etc. Estoy escribiendo sobre eso. Ahora ya sabes por quee salieron estas fotos. El recuerdo lo pidió.
Esta tradición musical, como otros sones en México, se bailan sobre una tabla o tarima que funciona como un instrumento más, un tambor de pie (como el tablado flamenco, vaya). Por eso el comentario sobre la tabla, la recuperación de la tradición en el presente. Y todo eso, en vez de en el campo y con sólo la música y los grillos, en la ruidosísima urbe que es la Ciudad de México.

Belén,
la sepia le pone tiempo a las fotos pero también se lo quita, ¿no? Ahí se quedan, flotando en algún momento y lugar

Tesa Medina dijo...

Llegué tarde, pero así me enteré de la aclaración de las fotos, que me tragué sin más que eran antiguas.

Me encantaría oír y ver un espectáculo con la tabla, cuantas experiencias nos quedan por tener y cuantas gentes interesantes por conocer.

Disfruta mucho, Raquel, y luego nos lo vas contando.

Un beso,

Raquel dijo...

Tesa,
tengo vídeos de todo eso. Aunque en vivo es mucho mejor, de vez en cuando grupos como éste u otros suben cosas a Youtube. A ver si te mando algo.
Un abrazo