martes, junio 29, 2010

Tiempo y destiempo

A las afueras, uno de esos pueblos que dentro de poco serán parte de la ciudad. Varios niños juegan en la explanada. La tierra está muy seca y el polvo se queda en los vestidos. Me miran al pasar. Nos saludamos.
(¿Sonreímos siempre al niño que nos mira y saluda?).
Una más para las instantáneas de la memoria. Lleva el color del tiempo. El mismo que el de la ventana

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o la puerta del destiempo

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lunes, junio 28, 2010

Niña de piedra

Mi paso recuerda el suyo.
Piedras, luz y vencejos me dicen que estoy en Salamanca.

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domingo, junio 27, 2010

Llegar

El contraste llega a través de la ventana

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No hay verde. Hay pueblos que se pierden en el silencio de la distancia, campos asombrados de ocre y amarillos,

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De Madrid a Salamanca. Un camino recorrido y reconocido que sabe resumir los puentes del tiempo, un camino que como otros, es punto de mira y de encuentro.
Recuento estos días de horas confundidas, la noche del viernes que se convierte en mañana de sábado con el único aviso de que desde la ventanilla del avión pasas de la oscuridad a los colores de un amanecer majestuoso en algún lugar del Atlántico. Luego es Madrid, pocos los que madrugan a comprar el pan, más los que luego caminan aceras; terraza y caña también. Vivir con las hermanas un día entero, dos. Valioso como nada.

Salamanca poco después.

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Así es como se siente, poco después. Y grande ese abrazo que anticipaba, el de mis padres. (Siempre es mucho el tiempo que paso sin verlos). Lo recibo todo entero. No lo comparto con nadie.
Hoy no tengo fotos de ellos, pero sí del primer atardecer entre anuncios de tormenta

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de esta tierra llanas, de campos

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y temporadas

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Caminamos rápido antes de que llegue esa tormenta que al final sólo fue insinuación

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La vimos despedirse desde la buhardilla

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viernes, junio 25, 2010

Así es

Para cuando vuelva a Madison a finales de agosto, los días ya serán más cortos, el verde habrá perdido intensidad y otras rutinas marcarán las horas. Gente nueva llegará y otros ya se habrán ido; y como siempre, se echará de menos a quienes se van.
Para cuando vuelva, Elisabeth y Yolanda estarán viviendo más al sur

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Pero para eso todavía falta. Mejor no adelantarse porque el verano realmente comienza ahora: próxima estación, Salamanca. Allí nos vemos.

sábado, junio 19, 2010

Una semana

Salimos hoy al Wisconsin rural, verde y amable de verano, el aire limpio, la luz derrochando esa transparencia

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que crea estampas casi idílicas donde el instante se eterniza

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En algún momento del camino paramos buscando a los pájaros que juegan, se posan, se encuentran,

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señalan sus postes

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o vuelan con la tenacidad que impone el esfuerzo cuando el viento sopla en contra

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Aunque con viento en contra, nosotros también seguimos adelante. Paro aquí y allá cuando el campo se insinúa

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pidiendo atenciones

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Hoy hacemos 14 milllas de esta ruta que comienza en Madison y termina en Dodgeville. Se construyó en 1985 sobre la vía del tren Chicago-Northwestern que ya para entonces no funcionaba como tal

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Igual que atravesamos campos y granjas

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atravesamos uno de los muchos puentes en la ruta

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y desde ahí,

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imaginamos que también las algas saben dibujar sus mapas

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Todo tiene un lugar, una causa, una razón de ser.

Ha pasado casi una semana desde mi post anterior. Los días se escurren con prisa. Ha pasa todo lo cotidiano y también lo que a muchos probablemente nos haya dejado en silencio un rato: dos de los grandes se nos van, Saramago y Mosiváis. Afortunadamente, nos queda su legado. Admiro a personas como ellos, tenaces, infatigables creadores, gigantes en su obra.

lunes, junio 14, 2010

Deshoras

Le cambié el nombre al día para hacer todo al revés, a deshoras, que es otra forma de acertar.

Llovió casi en cada deshora. Lluvia sin frío acallando la rosa

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Se encierra, se convierte en gota y se pierde en la deshora

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viernes, junio 11, 2010

De ferias

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¿Es una noria a lo lejos?

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Sí, sí. ¡Es una noria! Es una feria. Tanto tiempo sin...

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Muchos recuerdos. Éramos niñas y cuando llegaba septiembre era el momento de ir a la feria. Ya se habían acabado las fiestas del pueblo y la escuela no comenzaba hast un poco después. Eran los últimos días para estirar las vacaciones de verano. En el pueblo también había feria pero no era lo mismo. No era la de los colores, los olores, la gente por todas partes, la tómbola, músicas y ruido aquí y allá. La del pueblo era otra cosa, más para los ganaderos, que compraban y vendían ganado, y quizás aprovechaban el viaje para comprar otras cosas que hicieran falta para las faenas del campo o para la casa. Pero para la feria que a nosotros nos gustaba todavía había que esperar una semana. El sentir del tiempo era muy diferente entonces pero esa era más o menos la cuenta, una semana.

Tanto tiempo sin ver una noria.... Pensé dejarla de lado y terminar esa milla que me faltaba para llegar al centro de Verona, pero en el cruce, olores, músicas y ruidos me llevaron hacia allá. El olor inconfundible de algo en la sartén me hizo pensar que había churros. Por supuesto que no era. Otras cosas sí había,

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algodón dulce incluido, aunque tan empaquetado que pierde la gracias y la maravillosa sensación de tenerlo y no tenerlo entre los dedos o en la boca

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Pero sí otras cosas que parecen el centro de la feria y que viajan de una a otra sociedad. Ahí el eterno girar de los caballitos

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y la conformidad de quien los monta,

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los papás vigilantes

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y el hijo que invariablemente comprueba que le dedican toda la atención, sonríe y saluda en cada vuelta

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Siempre hay color

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y a veces hasta inesperadamente sicronizado

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Pero siempre lo hay

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No puedes imaginarlas grises. Ni siquiera con el dramatismo de algunas de las diversiones

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o cuando las nubes amenazan con competir con el estruendo de músicas y máquinas

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Tanto alboroto y a la vez, todo tan organizado, como muchas otras cosas en esta sociedad: niños que no corren ni gritan tanto como en otras partes, gente que no habla a voces, el respeto al espacio individual que se covierte en espacio para todos. Visto desde fuera, así se siente. Desde dentro, todo cambia un poco. Lo que a veces se puede ver como falta de pasión, no es tal. Es otra forma de comunicarse, de ser social y de expresarse.

Veo a un grupo de adolescentes y pienso que tal vez estén celebrando que hoy ha sido su último día de clase y que las vacaciones ya comienzan

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Aquí y allá, hay muchos lenguajes comunes compartidos. Ferias y gentes, entre otras cosas, nos lo recuerdan. (Aunque unos sitios sean más ordenados que otros. Sh....)

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