domingo, agosto 04, 2019

Se fue el verano

Demasiado rápido se nos fue el verano, semanas únicas de inconfundible luz, olor a secano, a breves lluvias que no mojan la tierra. Se nos fueron las calles del pueblo en su cotidiano,


las noches de caminar entre estrellas y escuchar la oscuridad, los atardeceres de incomparables contrastes



Verano es Salamanca y sobretodo, casa, Lagunilla, silueta atemporal anclada en el tejido de la memoria y a la vez, en lo inesperado de cada día, 


cuerpo de mujer, esencial, profunda


Demasiado rápido cuando al pensar el tiempo parece escaparse con más rapidez. 

Por eso, al recoger estos momentos, me entretengo en ese espacio entre lo vivido y lo creado, lo real,  y lo imaginado, el hueco en el que el recuerdo y la percepción de futuro convocan el presente, un paseo más, un atardecer más, un mar de sensaciones desde los sentidos, lo corpóreo, la piel impregnada de sonido, olor y tierra, ese cielo, esa luz, esa imborrable huella interior







Demasiado rápido porque cada comida compartida es alargar el tiempo de vida, porque cada acto de generosidad es hacer más ancho el espíritu. Porque no siempre se cumplen sesenta


y no siempre nuestra mirada es puede mirar de frente y con tanta plenitud la luz fuerte de nuestros destinos



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