jueves, diciembre 28, 2006

Con el curso del río

Hay un magnífico recorrido desde Lagunilla al pueblo de Riomalo –frontera entre Salamanca y Cáceres- pasando por Valdelageve, las puentes del Soto y Soto Serrano. El recorrido es uno más de los mil rincones que por descubrir me quedan. Las montañas de la Sierra de Béjar dan paso a las de la Sierra de Francia, el roble al pino y a los campos de olivos tendidos sobre las laderas de los montes. El madroño y el brezo arropan el camino.
Después de las lluvias del otoño, es inmenso ver el verde de las laderas ámplias. Cultivadas o no, su belleza les pertenece, sin ninguna duda.
Antes de llegar a Las Puentes del Soto, no puedes dejar de admirar cómo los ríos Alagón y Cuerpo de Hombre se convierten en uno sólo, río que lleva dos caudales y un solo nombre, Alagón. La helada aún se mantiene en las sombras y rincones recogidos cuando pasamos por ahí poco más del medio día. Desde el puente, la serenidad abruma

Desde Riomalo, una pista te lleva a un alto desde donde se pueden ver los meandros del río. El día está claro. Desde el mirador, el sinuoso capricho dibuja islas y reflejos

En Riomalo, una comida exquisita que es necesario probar y que justifica un viaje. Los pimientos rellenos con setas y salsa de almendras, los rellenos con queso de cabra y salsa de miel, o las gambas al ajillo y las gambas riomalo son platillos que hay que probar. Las carnes son excepcionales, desde el cabrito al horno al solomillo ibérico, el chuletón o el solomillo al roquefort. La cantidad, te abruma. Compartimos platos y aún así, sobra. Entre los postres, el flan de café, la tarta de queso o el flan de huevo también merecen la pena. El expreso, fuerte y cargado y, cómo no, acompañado de turrón, empiñonados y mazapán por ser esta época del año.
Para bajar la comida, un paseo por el pueblo, una mirada al pasado, a la pobreza

a esta región de Las Hurdes que ya no es zona deprimida y que tan poco a poco ha ido saliendo de la pobreza


No hay comentarios: