lunes, diciembre 25, 2006

Y en 25 de diciembre

En casa, estar juntos es nuestra celebración, nuestro alegría. Todas las hermanas reunidas.
Los días de este diciembre, ya tardío, se regocijan con un sol cálido que alienta cada despertar, cálido y sereno. Invita a caminar por el campo

para llegar a sitios desde donde puedes ver el valle vigilado por las montañas, la nieve de fondo allá en lo alto, el verde de los prados junto al estanque

sitios donde ni las ovejas, satisfechas, ni se inmutan a tu paso

antes de lllegar a la casa

siempre de la mano y con el paso firme de papá y mamá

¿Volvemos mañana?
No, volvamos esta tarde para poder contemplar lo mismo, pero al atardecer. Más imágenes. No puedo evitarlo. Colores que se sienten infinitos, que delizan su dulzura sobre el paisaje y recrean, inagotables, el suave discurrir del tiempo sin retorno, el instante, la sensación, rebozo de seda sobre su esbelta silueta

seda delicada sobre acuarelas y suspiros de imaginación

y el regreso, con esa luna que inquieta te persigue para que la mires, que insiste, que quiere querer y que la quieres. Juega contigo

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