sábado, octubre 04, 2008

Octubre 4

Poco antes de que empiece a caer el sol me doy cuenta de que he pasado demasiado tiempo sentada, que tengo que aprovechar ahora que los días se prestan para los paseos antes de que empiece el frío. La primera helada de la temporada asomó hace unos días y aunque no es muy tarde, ya se empieza a sentir el frescor que la noche trae.
Salgo al camino y siento que el olor a otoño me envuelve por completo. Debe haber muchos olores de otoño. Éste huele a tierra mojada y a hojas caídas construyendo su reposo. Se entremezcla con el fresco del aire y la luz que se desvanece.

La significación de algo a través de exclusiones, o por contraste, siempre me llama la atención. Ahora me envuelve el cambio de color de las plantas mientras el sol va bajando y ciertos tonos cobran vida a medida que otro foco de luz más fuerte desaparece,

cierto coqueteo que se hace más sutil entre las pinceladas de la luz particular que lo acicala

No busco colores brillantes, voy recogiendo lo que llega. El paseo ayuda a desmadejar pensamientos y convertirse en carga más ligera, salir de uno mismo

Me asombra la sabia conjunción, los secretos de un ritmo en el que la repetición existe pero nada sucede dos veces de la misma manera. Eso es lo maravilloso, ¿no?


Los olores y el momento me transportan allí donde el paseo te lleva a recoger castañas y donde las hojas caídas se acumulan a la orilla de la vereda, cerca del montecito donde los saltamontes hacen sus siestas de verano. La evocación salva las distancias e hilvana puentes que se caminan de mil formas.

Luego asoma la luna y su presencia trae calma, otro punto de equilibrio

10 comentarios:

JESUS y ENCARNA dijo...

El otoño nos trae los colores más bellos de todo el año, me encanta solo hay algo que no me gusta... el cambio de hora! ahí tambien os la cambian y se hace de noche a las 5 de la tarde?
Petonets
Encarna

belenmadrid dijo...

jaja siempre miro primero las fotos y llego a la última y digo: 'una farola????' me ha sorprendido, pero es que no había visto la luna.. cómo soy de verdad..

Raquel dijo...

Encarna,
lo mismo. Ahora ya se hace de noche a las 6:45 o así. En enero, ni te quiero contar a qué hora.
Besos

Geminisdespechada,
eso, eso, pero cómo somos... Claro, es que es la farola la que alumbra las planticas. ¡¿Sí o sí?!

leo dijo...

Muy buena decisión la de aprovechar el otoño para salir, pasear, y hacer fotos: sería una pena perderse esos colores. (Y que nos los perdiéramos nosotros, jejeje)
¡Graciñas!

Fernando Santos (Chana) dijo...

Olá Raquel, belas fotografias de outono...Espectacular...
Um abraço

Irreverens dijo...

Aprovecha, aprovecha, que ya sabes que luego...

Raquel dijo...

Leo,
pero si es que deberías estar aquí para ver estos colores que de un día para otro crean sus propios universos...

Fernando,
gracias y un abrazo para ti también.

Irreverens,
mejor no lo pienso, ¿no?
Besotes

dintel dijo...

Estoy deseando ir al campo para ver el otoño, aquí en la ciudad, ni se nota.

isobel dijo...

algún día me dirás como consigues que tu cámara plasme los colores, besitos

Anónimo dijo...

No puedo comparar el frío mediterráneo del Centro de Chile con el de Madison...pero creo que sabría sobrellevar bien caminar en ese clima (porque vaya que lo extraño en estos tiempos de Sol sofocante).

No hay colores demasiado brillantes...pero se hacen notar en presencia. Saludos afectuosos, de corazón.