Nos sorprende el Santuario, una construcción del siglo XVII que hizo el padre Luis Felipe Neri de Alfaro y quien parece que se inspiró para su edificación en el Santo Sepulcro de Jerusalén.
Una copia del estandarte original la Virgen de Guadalupe está en una de las capilla
Las pinturas fueron obra de un nativo, Miguel Antonio Martínez de Pocasangre, quien tardó en hacerlas 30 años y solo utilizó la luz del día
Alrededor del santuario, como alrededor de cualquier atracción turística, la realidad de la desigualdad social y de los que menos tienen
y escenas de lo cotididano
No tardamos en llegar a Guadalupe Hidalgo desde allí
La ciudad es reconocida como la Cuna de la Independencia de México por el Grito de Dolores, la convocatoria inicial para levantarse contra la dominación española que encabezó Miguel Hidalgo.
Por supuesto que lo primero que vemos es la iglesia de la Virgen de los Dolores,
la iglesia donde el cura oficiaba misa cada día y donde hizo sonar las campanas una hora antes de lo habitual para convocar a la gente y llamar a las arma. Coincide que hay un acto del ayuntamiento muy cerca y la gente viene a verlo
El barroco de la portada contrasta con la sencillez del interior,
el espacio amplio con la pequeña imagen de la Virgen
Entro en una de las capillas laterales y todo es silencio,
silencio y peticiones, rogativas para quienes lo necesitan
La luminosidad nos devuelve los ojos al salir. Aquí sí que puedes decir que hay tranquilidad y que las cosas están en calma. La iglesia está junto a la plaza principal de Dolores,
junto al parque central, uno de esos parques que tienen su propio pulso del tiempo y donde todo y nada pasa
Dentro de este edificio vemos una exposición sobre el bicentenario de la Independencia,
réplicas de la campana original que se hizo sonar aquella madrugada y que ahora está en Palacio Nacional,
murales, fotografías
y un sin fin de objetos que se crearon durante la celebración del centenario.
Al salir, al lado, vemos la tienda que tuvieron los padres de Jose Alfredo Jiménez, el grande entre los grandes de la canción ranchera mexicana
Dolores es muy pequeño y parece que en la plaza principal se reunen los edificios más importantes de la ciudad. En éste, la Casa de las Visitas,
es donde se queda el presidente de la república cuando cada año se rememora el Grito o cuando políticos "distinguidos" visitan el lugar.
Antes de seguir, paramos a probar un helado, una nieve, como aquí le dicen. Después de probar muchos sabores (zarzamora, mantecado, piñón, fresas con crema, mole, cocktail de camarón, chicharrón y aguacate), decidimos que piñón y aguacate es una buena combinación
Y caminamos
hasta la casa donde vivió Hidalgo
Tranquila. Ruidosa también entre gente y coches
pero con todo el sabor de una gente que parece sentirse agusto en su suelo, de niñas que juegan a inventar
y señoras que se sientan un momento
Una última mirada a la iglesia que tanto llena
y un adiós entre calles que parecen vibrar con la luz del sol
México, sin duda
3 comentarios:
Hola, Raquel, por fin lo consigo.
Costaba bastante que se cargara tu blog, y se me colgaba el ordenador, pero hoy entré sin problemas.
Y qué buen paseo me he dado de tu mano, hasta me pareció adivinar el sabor de esa nieve con piñón y aguacate.
En serio que viajo contigo, con tus fotos y tus comentarios me dejo llevar y lo paso de cine.
Gracias por estos recorridos.
Muchos besos,
¡Qué maravilla! Cuanta variedad y colorido. Todas las fotos son interesantes. ¡Cuánto me queda por ver aún en México!
Hola Tesa,
hasta yo tenía problemas para entrar. No sé si era blogger o yo pero me estaba desesperando. En estos últimos he podido trabajar sin problema.
¡Qué bien que te gustara la nieve de piñón y aguacate! Nada como poder compartir. Fui a verte el otro día y aunque no dije nada, me encantó tu entrada del toro.
Besos
Tawaki,
esa ruta de la Independencia tienes que hacerla. El santuario de Atotonilco nos sorprendió muchísimo. Nos faltó el museo de Jose Alfredo en Dolores.
Un abrazo
Publicar un comentario