lunes, abril 23, 2007

Esta generación

Esta niña me deja muchas sonrisas interiores. Su alegría me envuelve, su juego, su forma de relacionarse con los demás, la frescura de su forma de pensar, la niñez y la madurez reunidas, el saber dónde viven los límites y cuándo (aunque tal vez no siempre) poderlos o no romper. Ella, junto a otras niñas y niños de 6, 7 y 8 años a quienes vivo de cerca, me deja ver otra parte de la vida. Veo cómo crece esta generación de pequeños con mente despierta y rica imaginación, quén vive, qué les interesa, de qué habla, cómo se abren junto a padres que les ayudan a florecer, o cómo se cierran. La mayoría de las veces veo cómo los padres les abren el camino y con intuición sabia les hacen ver cosas, sin imponer, tratando de que sean felices pero asegurándose de que entiendan también sus obligaciones y responsabilidades. También existe el otro lado, una permisividad exagerada que lleva al niño a tener el control y a mantenerlo cuando se da cuenta de que es él quien sostiene y mueve las cuerdas de la marioneta.
Me siento afortunada por poder disfrutar de muchas cosas buenas de estos niños de corazón grande que ya, a su edad, respetan y son conscientes de mucho de lo que yo misma respeto a nivel personal y social. Es esperanzador.

En otra sociedad, en otro lugar, otros niños viven algo muy distinto: es la otra cara de la moneda, la otra realidad. Guillermo Anderson cuenta aquí de los niños que trabajan en Honduras.

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