Hoy comienza una nueva aventura que va a durar unas cuantas semanas. Las noticias de México han sido tan malas en los últimos meses que desde fuera, llega un momento en que dejas de ver lo bueno. No se te olvida pero el primer pensamiento te lo roba la inseguiridad, los asaltos, los secuestros, la violencia que el narcotráfico está generando.
Una vez dentro, aunque es un tema que está presente, la vida continua. La carretera se extiende y el viaje de México a Tuxpan es el que debe ser, uno de cinco horas y media. El primer tramo del trayecto pasa deprisa. La autopista agiliza todo tanto como lo oculta. A pesar de eso, todavía se pueden ver las diferentes geografías de los distintos estados por los que atravesamos. Las lluvias todavía no han comenzado y la seca se nota
Siendo México, al menos en esta parte, el camino nunca es aburrido porque el paisaje cambia a menudo
y cuando no es el paisaje, son los pasajeros o sus cargas
Vamos por Pachuca. La autopista termina poco después. La carretera trae montañas, subidas y bajadas, curvas y camiones que todo lo ralentizan. También trae otro afán, la venta anunciada de una variedad de productos, los anuncios en los sitios más inesperados
En medio de la nada, esas cosas que constituyen otra poética,
otra forma de pensar
Aunque la poética no es algo que se busque en todas estas poblaciones al lado del camino. Hablamos de lugares pequeños donde la funcionalidad decide construcciones y estéticas. Por alguna razón, vemos una y otra vez puestos de comida y talleres de coches
Lo destartalado de los arreglos urbanos contrasta con esa belleza natural de las montañas,
La fuerza de su naturaleza
y ese camino en el que siempre pasa algo, desde la venta de las frutas de estación como el mamey
o el plátano
y esas otras cosas,
las conversaciones
y momentos
Como en muchas otras culturas, la comida es importante para el mexicano: se habla de ella, se disfruta, se comparte, es parte de la familia, de los amigos, de muy distintas ocasiones
De todo en la carretera. El contraste está servido, cosas en lugares inesperados
colores,
de todo un poco
Oscurece cuando llegamos a Tuxpan.
En el paseo a la orilla del río están preparando gradas para el desfile de mañana. El carnaval comienza hoy. Cuando pregunto porqué en esta época del año me dicen que las fechas han venido un poco extrañas porque la semana santa fue muy tarde.
Tendré que seguir preguntando.
4 comentarios:
Un gran itinerario te lleva a Tuxpan, espero que disfrutes de la estancia.
Son unas imágenes llenas de bella naturaleza y del quehacer cotidiano.
Un abrazo, Raquel y gracias por darnos a conocer México.
Debe ser muy sabroso ese mamey, yo pensaba que era el mamón (papaya).
Besotes mil
Casi casi como ir sentada en el asiento de detrás, escuchando tus comentarios, aunque imagino que no los sueles hacer en voz alta.
Me ha encantado, siempre te lo repito y siempre me queda la sensación de que no sé expresar lo que me hacen sentir.
Un abrazo agradecido. No cocnozco Mexico... pero sí.
Es curioso, cómo atraviesas una línea imaginaria y todo es de distinto color!!
Besicos
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