Cuatro horas de viaje en vuelo directo de Chicago a la Ciudad de México. Eso es lo que se tarda. Claro que a veces se tarda más en llegar al aeropuerto y en salir de él. Esta vez el proceso no fue muy doloroso. ¿El vuelo? Totalmente vendido. A pesar de ser miércoles, de que las vacaciones de Semana Santa han terminado, de que no pareciera haber nada importante que nos mueva a muchos. Debe ser que volar es cada vez más normal, que muchos viven entre un aquí y un allá.
Llegamos al calor, al tráfico, al cuerpo gigante de esta ciudad tejida en lo incesante
que se te presenta tal y como es. No se esconde ni busca hacerlo
Una vez que sales de las vías principales, la vida se hace más humana. El ruido casi desaparece, los niños juegan un poco más allá y el barrio es barrio. También eso te envuelve como los brazos de las jacarandas
Y por todo eso...
3 comentarios:
¡Qué cambio de tonalidades, de ritmos!, lo hemos comentado más veces, y a la vez, ¡tan similar en lo básico!
La vida de hoy, es constante movimiento, casi no importa dónde, ni cómo, sólo hacerlo... No sé, no sé...
Un abrazo.
A mi dame los abrazos de las jacarandas y sácame de todo ese bullicio, por favor!!!
De nuevo el calor y el color en tu blog. Buen cambio!
Biquiños ;-)
Unas de las cosas más bellas son los jacarandás en flor a principio de primavera, todos violetas sin hojas aún.
Y cuando llueve, caen y se hace un lago de corolas violáceas en las veredas.
Besotes, Dama Musical
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