Es la segunda vez que me paso por aquí... no sé dónde estás pero me parece que vives rodeada de un mundo muy vivo, ojalá pudiera levantarme por la mañana y respirar una naturaleza como la que nos obsequias. Me faltan hojas... ¡y además adoro el otoño!
La luz del otoño filtrada por los colores ocres de las hojas tiene algo de especial. Y pasear sobre una alfombra de esas hojas ya es la leche. Besitos/azos.
Este fin de semana he estado en San Sebastián, con avenidas henchidas de hojas muertas tapizando el asfalto y las aceras; he cruzado una Guipúzcoa llena de bosques de caducifolias con miles de tonalidades; he paseado entre hojas en Carrión de los Condes... y me he acordado de tus posts otoñales maravillosamente escritos.
Mariano, estoy asombrada de la gentileza de este otoño. Ya sé que no dejo de hablar de eso pero es que hacía tiempo que esto no pasaba. Ahora, algunos árboles ya han perdido todas sus hojas y otros, sin embargo, están empezando a lloverlas. Precioso ver esa alfombra de la que hablas y caminarla. Un besote
Banderas, me imagino un poco de esos paisajes del norte pero me cuesta porque casi siempre he estado en el norte en el verano. ¿Has hecho fotos? Te hemos echado de menos. Ahora coy a hacerte una visita. Un abrazo
El otoño... Últimamente todos los tonos del otoño en los árboles, que tú tan bien captas, me recuerdan a alguien cuyo pelo es de ese color, color de otoño. No lo puedo remediar, estoy muy bobita :* Como me gustan tus fotos caramba. Y qué lindo el encuentro con la ardilla, tuviste mucha suerte. Un saludo.
La segunda me recuerda a que todos deberíamos llegar a ser de oro antes de desaparecer. La primera me crea la duda de por qué se volverán rojas las hojas: ¿lo harás por llamar la atención, por recoger sobre sí todas las miradas antes de verse despojadas de su atractivo por el invierno? ¿o será un regalo del otoño, que es una estación para la generosidad? Besos.
Cyllan, a mi me gusta mucho tu caramba y de paso, me regalas una sonrisa.
Leo, bonito; las dos preguntas se pueden responder con sí; alguien más "científico" tal vez diría que sólo es una cuestión de qué tipo de árbol y cuánta agua ha recibido durante el año.
Un abrazo y muchas gracias por vuestros comentarios.
10 comentarios:
Calidez, paciencia, serenidad, sabiduría.
Es la segunda vez que me paso por aquí... no sé dónde estás pero me parece que vives rodeada de un mundo muy vivo, ojalá pudiera levantarme por la mañana y respirar una naturaleza como la que nos obsequias. Me faltan hojas... ¡y además adoro el otoño!
Un abrazo.
Viguetana, bello.
Elita, qué bueno poder ofrecerte eso.
Un abrazo
La luz del otoño filtrada por los colores ocres de las hojas tiene algo de especial.
Y pasear sobre una alfombra de esas hojas ya es la leche.
Besitos/azos.
Este fin de semana he estado en San Sebastián, con avenidas henchidas de hojas muertas tapizando el asfalto y las aceras; he cruzado una Guipúzcoa llena de bosques de caducifolias con miles de tonalidades; he paseado entre hojas en Carrión de los Condes... y me he acordado de tus posts otoñales maravillosamente escritos.
Bicos ;-)
Mariano, estoy asombrada de la gentileza de este otoño. Ya sé que no dejo de hablar de eso pero es que hacía tiempo que esto no pasaba. Ahora, algunos árboles ya han perdido todas sus hojas y otros, sin embargo, están empezando a lloverlas. Precioso ver esa alfombra de la que hablas y caminarla.
Un besote
Banderas, me imagino un poco de esos paisajes del norte pero me cuesta porque casi siempre he estado en el norte en el verano. ¿Has hecho fotos?
Te hemos echado de menos. Ahora coy a hacerte una visita.
Un abrazo
La primera me recuerda la figura de un padre que se eleva protector, con las ramas dispuestas como si quisiera abrazar el aire.
Con la segunda me imagino una lluvia de hojas amarillas sobre mi cabeza.
Un abrazo,
El otoño... Últimamente todos los tonos del otoño en los árboles, que tú tan bien captas, me recuerdan a alguien cuyo pelo es de ese color, color de otoño. No lo puedo remediar, estoy muy bobita :*
Como me gustan tus fotos caramba. Y qué lindo el encuentro con la ardilla, tuviste mucha suerte.
Un saludo.
La segunda me recuerda a que todos deberíamos llegar a ser de oro antes de desaparecer.
La primera me crea la duda de por qué se volverán rojas las hojas: ¿lo harás por llamar la atención, por recoger sobre sí todas las miradas antes de verse despojadas de su atractivo por el invierno? ¿o será un regalo del otoño, que es una estación para la generosidad?
Besos.
Tawaki, bonito; rico leer tus impresiones.
Cyllan, a mi me gusta mucho tu caramba y de paso, me regalas una sonrisa.
Leo, bonito; las dos preguntas se pueden responder con sí; alguien más "científico" tal vez diría que sólo es una cuestión de qué tipo de árbol y cuánta agua ha recibido durante el año.
Un abrazo y muchas gracias por vuestros comentarios.
Publicar un comentario