Salió la luna a pasear, toda grande y vestida de amarillo. Me pilló desprevenida. La miré y sonreí:
- No sabía que ibas a salir tan temprano, le dije
- La noche va a ser larga, mi eclipse comenzará a las 7 y dos horas más tarde ya debo recoger mi aura porque el sol está de paso y si se le mira muy de frente dicen que él puede robarte los sueños.
- Está bien. Te espero. Voy a prepararme y salgo para hacerte compañía.
La acompañé hasta que la noche fue muy noche, buscándola a cada poco por si necesitaba algo.
Eso sucedió ayer, al final del día.
6 comentarios:
Ay, es verdad, se me había olvidado.
Aunque, como aquí el eclipse total tocaba a eso de las 4 de la mañana, pues... como que no lo vi.
:-)
Besos lunáticos.
Me pasó lo mismo que a Irreverens. Es que no se puede trasnochar tanto, querida luna, no se puede trasnochar tanto...
Besitos/azos.
Jo... Yo le fallé: no estuve a su lado mientras la eclipsaban. Imperdonable, siendo cáncer. :(
Besos.
Irreverens, Mariano y Leo,
es que claro, a esas horas no se puede andar de pingo.
Me pasó lo mismo en el último eclipse que vosotros vísteis y que aquí coincidió a una hora muy extraña.
Que disfrutéis el fin de semana.
Un besote
Pues más de lo mismo... a esas horas yo en el tercer sueño.
De eclipses sé lo justito, pero nunca olvidaré cuando organizamos unas vacaciones por Francia y ajustamos la ruta para pasar el día 11 de agosto de 1999 por la zona de sombra total... paramos en un área de descanso de la autopista... y alucinamos con la experiencia.
Jamás en mi vida me olvidaré de las sensaciones ni de la cara de tontos que se nos puso al ver, sentir, notar los cambios en la naturaleza... en tiempos remotos no me extraña que se asustaran los pobrecillos.
Bicos ;-)
P.D. Es que si no cuento lo del eclipse de sol reviento. Lo siento.
¡Qué bueno!
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