Es difícil explicar esto que hoy veo al despertar. La luz estalla entre el blanco de la nieve y el cielo azulísimo, en mil espejos se mira, espejos en las ramas de los árboles, ramas altas, bajas, pequeñas, grandes
Se me hace difícil captar el efecto, el color, la impresión.
En lo poco que hoy camino, el frío me depierta, el viento rompiendo la cara y robándote en un instante el calor del cuerpo.
¿Quién no se queja de este frío? Incluso para la gente de Wisconsin, a este invierno le está sobrando invierno. Todo el mundo está cansado, mirando hacia abajo. Sin embargo, la belleza de hoy baila en lo alto
A veces pasas debajo de algún árbol y el viento de paso rompe el hielo y hace sonar esa lluvia de cristalitos, grillos transparentes que invisibles se mecen
En medio de esta transparencia y de toda esta lucidez, el corazón se me encoge un poco al pensar en E., un compañero de clase. Faltó la semana pasada y alguien dijo que su padre se había enfermado de repente. Hoy, cuando le pregunté por él, me dijo que murió hace una semana. Me quedé helada.
Como si este color de hoy no perteneciera a la noticia, pensé. Al momento me dije que sí, que estos días también le pertenecen a la muerte. Éste árbol de plata es para el padre de E.
Difícil explicar algunas cosas.
Esta noche, mientras escribo esto, la voz de Obama suena al fondo: sigue son su campaña en Houston. Ha ganado en Wisconsin con un 56% (43% para Clinton). También escucho que Fidel Castro renuncia a la presidencia. Tan importante como estas noticias puedan ser, hoy pierden relevancia. Pienso en E. y en su padre. Una ausencia y un vacío que no puedo explicar se me quedan por dentro.
8 comentarios:
Que el padre de E. descanse en paz.
A mí me da que el día amaneció así de espléndido justamente para que te doliera menos el golpe de tan triste noticia.
Mucho ánimo a E. y besos para ti.
El árbol de plata es precioso.
Las noticias cercanas y cotidianas vapulean sin pudor a las grandes noticias. Porque nuestro día a día pertenece más a ese campo que al otro.
Un abrazo enorme.
B.D. anciano arquitecto cubano afincado en España con el que he hablado una sola vez en mi vida en la sala de espera de un hospital mientras él esperaba el nacimiento de su nieto y yo el de mi sobrino en 2002 me dijo en un momento de la conversación "En la vida todo es muy frágil, a veces lo olvidamos. Yo nunca lo olvido". Me evoca esta fragilidad la fragilidad de los cristales de hielo de los árboles que nos describes tan bellamente. Y pienso también que reparar a veces en esta fragilidad ayude a amar con más profundidad la vida que disfrutamos. Lo de no olvidarlo nunca como B.D. me parece algo duro de llevar. Hay gente con mucha personalidad que puede con todo. B.D. a todas luces era de este tipo de personas. Saludos y condolencias para E.
Esta entrada es un precioso ejemplo de sensibilidad y de ternura. Fiel reflejo de ti misma, Raquel.
Maravilloso ese árbol de plata. Maravilloso la nueva versión de los bordados.
Un beso grande.
Cuando llegué a Wisco, un profe amigo me dijo algo así como "aquí se siente la profundidad de la vida, al estar envuelto en los ciclos naturales". Y claro, todos mueren en invierno, pero resucitan en primavera. Eso condiciona, y supongo que el inviern tendrá su encanto. Para los que vivimos más cerca del ecuador, esa profundidad es relativa, y la molicie abunda, ya que prácticamente hay dos estaciones (la seca y la húmeda). en tu página y en tus fotos está pues, esa profundidad, que da escalofríos con solo verla. Pero no hay nada que una buena casaca no cure. Vida de interiores, qué rico.
Qué día tan precioso, bello maraviloso.
El vacío de una pérdida… un dolor irreparable. Todos los mejores ánimos para tu amigo E.
Y besos para ti.
Poco se puede añadir a las sabias palabras que ya se han dicho. La vida y la muerte caminan cogidas de la mano, o más bien de un fino hilo de plata, como ese árbol maravillosamente retratado.
Mis condolencias a E.
Bicos :-)
Gracias a todos.
Es la belleza y la tristeza de los días, la alegría y la nostalgia, la fuerza y los momentos de debilidad. Siento que siempre es un poco así y los momentos de plenitud cierta no son muy frecuentes.
Pienso en cada uno de nosotros y sé que, como dice Rafael, somos conscientes de la fragilidad de nuestras vidas. También sé que las disfrutamos y que buscarle lo mejor es parte de lo que vivimos cada día. No importa que haga calor o frío. Siempre que os leo sé que hay mucho de profundo en vosotros. Mucha belleza también.
Un abrazo muy grande para todos
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