Con cuánta facilidad nos acostumbramos a lo dulce, al festín de los colores de la primavera,
sus verdes y contrastes, sus dramas y entregas
En cualquier calle te encuentras con algo así.
Sin embargo, hoy me quedo con la sencilla unión de piedra y vegetal,
un regalo que siempre me roba más de un minuto de atenciones
y llena el significado de la palabra mimo,
visto de lejos
o de cerca
10 comentarios:
¡Adoro las florecillas silvestres!
:D
A lo bueno es fácil acostumbrarse.
Un abrazo.
Que bella la naturaleza!! Y pensar que hace un par de meses atras nos estabas mostrando pura nieve y hielo, que tambien tienen su belleza!
Kisses
Raquel, hacía mucho mucho tiempo que no pasaba por aquí, nuevos ritmos, nuevas rutinas... ¡Y qué cambio más bonito! La primavera está llena de pequeños regalos y seguro que tras un invierno en Madison, debe de ser una bendición.
Irreverens,
¡verdad! imposible superar la belleza de lo que surge libre y de esa manera.
Besotes
Tawaki,
muy facilmente, sin duda alguna
Un abrazo
Winfried,
agua pasada my friend. Tú que vives entre verdes sabes que cuando llega, llega y Madison está ahora preciosísimo.
Besos
Elita,
apenas si estás actualizando tu blog así que me imagino que tienes mucho trabajo. Un gusto escucharte de nuevo. Y sí, bendición completa. Desde que asoma el buen tiempo se me quita la arruga del mal humor.
Un besote
Soy la piedra. ¿Quién será mi flor?
Esas fotos, los colores, la liviandad de las flores... tienen algo que levanta el ánimo.
¿La belleza, la vida, la pureza de lo natural?
Dintel,
¿Quién será?
Leo,
tal vez todo eso. O la sencillez. Quién sabe.
Un abrazo
te puedo pedir prestada la última foto para pintarla, es tan bonita, gracias, no me cansare de repetirlo cada vez que pase por aquí, mil besos
Claro que sí, un honor
Un beso para ti también
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