No, no te voy a contar nada de especial. Sólo te voy a llevar conmigo para que me acompañes a ver si hay algo nuevo en la tiendecita a la que siempre me gusta ir.
Dicen que el mal tiempo va a llegar uno de estos días pero hoy el sol está de fiesta así que, déjame enseñarte esto, no tardamos nada.
¿Te acuerdas de la torre de las Úrsulas? Sí, la que te viste el otro día. Aquí está otra vez, aunque desde otro ángulo muy diferente
Otro día te enseño la estatua de Unamuno que está ahí al lado y la casa donde él vivió. Están arreglando varios edificios, esta iglesia, la otra. ¿Será que las obras se multiplican en verano como pasa en Madison?
Desde aquí podemos esquivar alguna de esas grúas enormes. Cuánto me gusta encontrar esa confluencia de tejados y cúpulas, ventanas abiertas
A veces pienso que Salamanca es una ciudad de invierno, por cómo el sol más tenue de entonces juega lento con el amarillo de la piedra, los muros anchos, la sobriedad... Luego me digo que lo mismo se puede pensar del verano, que el muro ancho protege, que el dorado se transforma también con el sol fuerte y que pese a la aparente fragilidad de la piedra de Villamayor, la permanencia y constancia son prueba de su fortaleza. Será, pues, ciudad sin estaciones. Ciudad.
Siempre hay gente en la plaza. Soles y pasos definen su geografía. Ahora no nos entretenemos, podemos volver un poco más tarde. Sólo mira ésto, el juego de líneas
A pleno sol, estos balcones se guardan de todo,
pero si vienes por la tarde, vas a ver cómo se abren y extienden sus puertas.
Quiero entrar un momento en San Martín, la iglesia románica junto a la plaza
Ven, vamos, pero no por la puerta principal sino por la parte de atrás, la que da a la Rúa y desde donde se ve la cúpula de la catedral
No se pueden hacer fotos en el interior. Es bonito entrar y recogerse, sentir el frío y lo oscuro contrastando con el calor y la luminosidad. Al decir esto estoy pensando en Cusco, tal vez por el parecido y el contraste, aquel más barroco, ésta más elegante quizás, ambas agerridos soldados destino de monjes, curas y letrados, estudiantes y estudiosos, otros tiempos.
Si quieres, antes de volver, podemos caminar por la calle Meléndez, la que lleva directamente a La Clerecía
No, aún no te enseño ni mi calle favorita, ni el rincón con torres y gallos, ni el patio desde donde se ven las mejores cúpulas. Hay demasida luz pero mira este pequeño detalle
de la casa en la esquina que ya conoces tan bien y de la que tanto se han hablado, la cas con todas esas conchas de la orden de Santiago
¿Ya te cansaste? Volvamos por la Rúa y caminemos por los soportales de la plaza, aunque la hora desdiga coqueteos y juegos. Ya sabes que es de esas plazas habitadas por todos y que alcahuetea costumbres de mayores y pequeños. A estas horas, sólo las terrazas de este lado están ocupadas
Qué sencilla belleza, ¿no?
Bueno, o a mí me lo parece. Aquí también hay grúas aunque no en la parte del ayuntamiento
Qué intenso el contraste de luz y sombra
Sí, ya, vamos que se hace tarde. Otro día continuamos. Quedan días para seguir caminando y mirando aquí y allá, con o sin detenimiento. En cada mirada lucirá algo distinto y la veremos moverse junto a nuestros pasos
17 comentarios:
Esta plaza y la plaza Mayor de Madrid me maravillan siempre. Quizás porque en Cataluña nunca vi nada parecido. No sé... pero es que me encantan.
Y menudo solete tenéis por ahí, Raquel.
Aquí seguimos grises, fresquitos... y currando, jeje.
:D
Hasta lueguiño.
Besos
Las ramblas tendrían la función de las plazas, ¿cierto? No sé.
Te mando sol porque hoy sigue espléndido como ayer y te digo que me da pena que no vayas a tener vacaciones este verano. Luego tal vez las tengas todas juntas. Yo tengo que hacer cosas pero vamos, sin horario ni agobios. Pero que sepas que estoy mandando energía desde aquí para que no se te haga pesado el trabajo.
Besotes
He estado hace tan poquito en
Salamanca, que tu paseo es el mío.
Besitos/azos.
estoy por coger el coche y presentarme allí, eso si... te necesitare de guía, besos
Mariano,
qué bien! Pensé que te ibas a acordar. Bonito.
Isobel,
ahí me vas a tener. Vente.
Besos
cuánta piedra...
sw,
¿verdad? Es que faltan, más que nada, fotos de esas personas a las que por fin volvemos a ver después de unos cuantos meses ;-)
Sacas unas fotos increibles, no he estado en Salamanca pero se que estaré...hay que vivir las fotografías...esas son las que más me gustan.
Salamanca es una ciudad bellísima. Yo estuve allí en invierno y pensaba eso que decías al principio, que era una ciudad de frío, para el frío, pero al ver estas fotos tuyas, ese sol... no sé, no sé.
Besotes.
Magda,
gracias. Salamanca es de esas ciudades para un fin de semana, para cuando puedas hacer un hueco.
Besos.
Leo,
la luz de invierno es especial sobre la piedra amarilla, ¿no?
Besotes
Mmmmm, tómate un cava por mí en la Plaza de los Basilios... Todas tus fotos me han hecho recordar su sabor, libro en mano y tranquilidad en abrazo.
Dintel,
lo haré. Muchos rincones para sentarse con un libro y con ganas de perderse en el aire de los momentos de la ciudad.
Había tratado de imaginar por dónde te gustaba andar.
Te iré dando pistas poquito a poco... ;)
Bellas imagenes, bellos textos. Qué lo disfrutes. Besos.
dintel,
te escucho.
luis,
gracias. Disfruta tu exposición y todas las buenas cosas que ahora te están llegando.
Besos
Un lujo pasear por Salamanca de tu mano y con tu cámara. Estuve un par de veces nada más, y me encantó lo que vi, pero me supo a poco. Un fin de semana creo que no me llegaría ni para empezar, pero menos da una piedra ¿no? ... aunque ahí de esas no faltan, como en mi adorada Santiago de Compostela.
Bicos ;-)
Baderas,
qué bueno que lo disfrutes así. Claro, también en Santiago de Compostela hace falta más que un fin de semana.
Besos
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