Igual que la nieve o el frío marcan y condicionan al madisoniano, Xalapa se asombra de sí misma cuando el sol luce tan brillante como hoy lo hace
Cuando llegamos ayer por la noche, el “chipi chipi” (que más que lluvia es humedad concentrada) nos empapaba con lentitud. Hoy caminar al sol es una delicia.
Aunque vamos a Tlacotalpan para el Encuentro de jaraneros que este año celebra su 33ª edición (estuvimos allí hace dos años), decidimos pasar por Xalapa para recoger un requinto y una guitarra leona que le encargamos a Ramón Gutierrez. Aunque no están terminados, ya les falta poco
Le vemos trabajar un poco más en ellos antes de barnizarlos
Y vuelvo a comprobar lo que ya comentaba en noviembre, que el trabajo de las manos es un tesoro, como el reflejo de algunas cosas que llenan el espacio
Nos quedamos un rato con Ramón pero le dejamos trabajando. Saliendo de la ciudad, nos damos cuenta de que es domingo al pasar por este parque donde las familias pasan la el rato
Poco después ya estamos de camino. Si las autopistas no son aburridas por la variedad de los paisajes, las carreteras comarcales que van atravesando pueblos son un verdadero entretenimiento creado por los muchos actores anónimos,
vendedores ambulantes, puestos de fruta, de comida... Y no sólo en los pueblos sino en la carretera
A medida que nos movemos a lo largo de la costa, el paisaje recobra el verde, otra vida
Paramos a comer en un restaurante donde desayunábamos cada mañana cuando estuvimos en Tlacotalpan hace dos años. Entonces no pudimos encontrar alojamiento allí y nos tuvimos que quedar en Alvarado, a unos 30 kilómetros. La dueña, doña Tella, nos recordaba. Comimos tan rico como recordábamos. Hoy fue pulpo encebollado y caldo de camarones.
La parte de atrás del restaurante da a la laguna
Las inundaciones de septiembre y octubre no llegaron al restaurante o las casas de al lado por estar en alto. Pero muchas casas de Alvarado, como muchas de toda esta zona de Veracruz, se inundaron. Las pérdidas fueron considerables y en las zonas rurales y comunidades más pequeñas todavía están tratando de limpiar y reconstruir.
Mientras atravesamos el puente de Alvarado
hablamos de todo eso a la vez que recordamos las vivencias de hace dos años. (Memoria y tiempo. Siempre.)
Cerca de Tlacotalpan el sol ya está bajando. El río Papaloapan extiende sus brazos y las garzas lo recorren a su antojo
Si ahora estos campos están así, no quiero ni imaginar cómo estarían con las inundaciones por el desbordamiento del río
Con esta luz de atardecer nos acercamos a destino
y recibimos la noche
Aunque los estragos aún se pueden ver
El esfuerzo por la reconstruccion del lugar ha sido considerable pero ahí está, de pie y muy viva
Por ser monumento histórico, Tlacotalpan ha recibido más ayuda que otras comunidades para su reconstrucción. Pero sin lugar a dudas, el impulso ha venido de los tlacotalpeños. Por la noche Mario, la persona que lleva el hostal donde nos estamos quedando, nos cuenta el trabajo que tuvo que hacer para remozar su casa y sobretodo, para no desesperanzarse.
Antes de llegar al hostal, pasamos por San Miguelito
Reconocemos calles y plazas. Memoria y tiempo. Siempre.
1 comentario:
Excelente....
Cumprimentos
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