La niña de diez años dice que recuerda cuando tenía cinco, aunque en realidad no recuerda cómo era, cómo sentía, qué hacía.
La niña de trece dice que sólo recuerda algo de cuando tenía tres, aunque más que su propia memoria, la que asumió como propia fue la que en las historias familiares se relató una y otra vez.
La niña de cuarenta y seis también dice que ha ido iventando sus recuerdos, lo que cree que fue: fotografías o historias contadas por otros llegaron a crear la imagen que asumió el espacio de la que fuera real.
La memoria, como otroas muchas funciones de nuestro cerebro, es caprichosa.
¿Cómo recordamos las sensaciones? ¿Los sentimientos?
En esa simplicidad de la nieve y su permanencia también asoma ese tema recurrente de tiempo, edad y memoria.
¿Cómo recordamos la pasión, la nostalgia, la risa, el dolor, el placer más intenso? ¿Cómo la evocación y el tiempo que la transforma?
Hay mucho que se me olvida, pero también hay mucho que recuerdo. Puede que el recuerdo no sea fiel, pero cada nueva mirada trae otra forma de entender. Y eso no me parece nada mal.
12 comentarios:
Pues yo creo que son los sentidos lo que nos hace recordar los sentimientos... un olor, un sabor, hasta un tacto...
Besicos
Desde mi "punto de vista" / experiencia, los sentimientos o sensaciones los volvemos a recordar solo cuando vivimos algun sentimiento similar, aunque, ni así, estamos seguros de que "era aquello". Por si acaso no los volvemos a recordar, disfrutemos de ellos cuando se presentan.
abrazos
(vaya fotos!)
Dicen los científicos, que saben algo de esto, que los recuerdos son reconstrucciones de sucesos pasados. O sea, que de un par de datos verídicos y comprobables, urdimos toda una trama más o menos inventada.
:)
Y a mí, me parece estupendo, la verdad.
Genial esa ramita invicta en mitad de la nieve.
:D
Besotes
Algunos recuerdos se quedan muy pegados a lo argo de toda nuestra vida. Siempre son sensaciones fuertes, buenas o malas.
También hay recuerdos a los que "acomodamoas" en nuestra mente, los suavizamos para vivir mejor o, sobrevivir.
Y, por último, a veces con el teimpo, las mismas cosas comienzan a verse diferente
La vida es caprichosa
Saludos
Belén,
sí, así es como funcionan las evocaciones que nos llevan directamente del presente al pasado.
Besos
José,
y me parece que siempre son estupendas las reconstrucciones (las mismas u otras), el aprender de ellas.
Un abrazo
Irre,
sí, así es. A mí también me parece maravilloso.
La ramita, ¿verdad? Perfecto el calificativo de invicta.
Un abrazo muy grande
Viking,
la vida, nuestra mente y nuestro sentir son caprichosos. Vamos acomodando las velas y aprendemos a encontrar el mejor camino, con riesgo o sin él, eso ya es cuestión de gustos.
Besos
Aunque tengo memoria de elefante (mi animal preferido), voy recordando sólo las cosas hermosas de mi niñez... selectivamente.
Besotes mil, Dama Musical
De mi infancia más tierna más que recuerdos guardo sensaciones: el olor a salitre de mi abuelo Evaristo entrando en mi casa de madrugada con unas castañetas recién desembarcadas... una tarde de galerna y mi padre haciendo caja de madera para las cremas y cepillo de los zapatos... microrrelatos sensitivos.
Vuelvo con ganas de no irme más.
Biquiños ;-)
P.D. Me encantó tu laaaaargo viaje por Mexico... unas fotos impresionantes.
Minombre,
sería bonito escuchar algunas de esas memorias de infancia.
Besotes
Banderas,
bonito, pues, escuchar estas que cuentas. ¡Cómo se recuerdan los olores! ¿verdad?, sensaciones, sonidos...
Besos para ti también y qué bien tenerte por aquí de cerca. Gracias por haber estado conmigo en México. Ya pronto te vuelve a tocar ver algo de por allá.
Los recuerdos son esas gotas de cera que un día nos cayeron en ese jersey que tanto nos gustaba. Pasa el tiempo y ahí siguen, no hay manera de quitarlas.
A veces hasta quedan bien.
Saludos.
Buenas tardes Raquel, agradecemos tu visita en nuestro Blog, pedimos disculpas por la poca asiduidad en estos ultimos meses, el ambiente no es muy favorable.
Sin embargo, al verte hoy presente en tu comentario, me invadio el recuerdo de la musica y otros ratitos que agradablemente hemos pasado viendo tus fotos y lugares.
Que buenos son esos recuerdos que te sustraen y te hacen soñar.
Besos desde Barcelona.
Jesus y Encarna
Raquel, maravilloso. No acierto a decir ada más.
Un beso.
Pero qué pálido ese sol sobre la nieve, parece que nos lo hemos quedado todo aquí en el sur, que está que muerde
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