Iba a hablar de esa medalla de oro del congreso que hoy le han dado al Dalai Lama pero...
¿Que por qué me sorprende tanto verlo ahí? Creo que es por la contradicción inmediata que visualizo: el Dalai Lama y Bush juntos, alguien a quien respeto y alguien a quien no le creo ni una palabra. Trato de escuchar el discurso que Mr. President le dedica al agasajado pero no puedo: cuando vuelve a mencionar una vez más la grandeza de Estados Unidos y la democracia y libertad que para todos los países del mundo pide y busca, dejo de ver las noticias.
Iba a hablar de eso pero me doy cuenta de que sólo quiero contar que hoy se me olvidó el candado de la bici y he tenido que ir con ella a todas partes, que ha sido alumna en las aulas y ha recorrido más de un pasillo. No se ha quejado, ni siquera cuando volvíamos a casa ya casi de noche y algunas gotas empezaron a caer. Tal era el gusto del olor a hojas caídas, deslizarse, reconocer el camino y escuchar la noche en cada paso.
De eso y de cómo me sorprende también encontrar el color de estas fotos de la tarde, el verde, el contraste
¿Habrá sido por la lluvia y el sol intermitente de estos días?
Desde cualquier ángulo,
la geografía viva,
el recorrido vertical
y el último detalle
12 comentarios:
Y el impresentable del Bush haciendo juegos de equilibrio para no cabrear a los impresentables de los chinos.
Me quedo con la fidelidad de tu bicicleta, me parece mucho más interesante.
Y con ese verde que gana en belleza con el contraste.
Besitos/azos.
La oscuridad se vence con amor...El sonriente hombre vestido de naranja ilumina con su dignidad esa cosa oscura y patética que es el otro. Aunque sea por un segundo gana la vida....y luego la encontrás en las hojas, del mismo color que su traje.
Es lo mismo, solo que distinto.
;)
Mariano, cada vez le soporto menos. Le describes perfectamente.
Un abrazo
Julia, exactamente. No lo podías haber descrito mejor. Gracias Julia. Un besote.
A mí también me ha chocado el contraste de esas dos figuras tan dispares, el Dalai y Bush. Sin embargo, me gusta pensar que esa "unión" puede estar propiciada por algo más que intereses políticos. Me gusta mantener la esperanza.
Raquel, este blog, tus fotos, actúan como un pulmón para mí taaaan a menudo. De verdad: entro aquí y respiro ese aire de tus fotos, que se me antoja puro, con un puntito de invierno ya en su dureza.
Gracias y un abrazo grande.
Quiero pensar y sentir esperanza pero en este caso me cuesta mucho. Bush ha hecho y está haciendo tanto daño al país que van a ser muchos años los que hagan falta para recuperar no ya la economía sino la confianza de la gente y el futuro de muchos.
Qué bonito elogio me acabas de regalar. Me llega.
Un besote
Espero que sea Bush el que aprenda del otro y no al reves.
Hace tiempo circulaba por los correos un foto de Bush junto a Juan Pablo II. Le habían pegado texto y el discurso de Bush comenzaba: "Querido Dalai Lama"
Las fotos tan bonitas como siempre. Yo creo que la lluvia limpia la atmósfera y las hojas, haciendo que los colores se resalten y que el contraste sea mayor.
Yo también lo espero.
Yo alucino con el Bush... y no entiendo cómo un señor honorable como el Dalai Lama se presa a sus jeueguecitos. Sus mensajes son radicalmente contrarios. ¿Serán de esos contrarios que se atraen mutuamente?
Sin dudarlo ni un instante me quedo un millón de veces con tus fotografías.
Bicos ;-)
Banderas, creo que a veces la diplomacia obliga a determinadas cosas. Pero todos sabemos que Bush ya no da para mucho más y los discursos que se marca cada vez lo dicen con más claridad.
Besos
No. NO da para nada más. Bush nunca dió mucho de sí. Más bien hizo de títere de sus principales "ministros" (Cheney y compañía) y de sus intereses empresariales. Para eso sí que da la talla... y poco más.
Bicos ;-)
¡¡Qué colores de otoño!! Son tuyas las fotos ¿verdad? ¿De dónde? Veo que vives en EEUU.
Por cierto, ante un discurso de nuestro querido Bush no me extraña que se te vaya el santo al cielo ;)
Banderas, exactamente! nunca dio na'
Cyllan, sí, las fotos son mías. Vivo en Madison, en el estado de Wisconsin. Es imposible escuchar a tal marioneta que decide el rumbo de muchos sin consideración alguna.
Gracias por venir hasta aquí.
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