Sosteniendo el peso

La carretera aún no está helada. No es tan peligroso conducir cuando está comenzando a nevar

El problema es después, cuando el frío no da tregua y la poca nieve que siempre queda se congela.
Pero sí, es bonito cuando nieva, cuando todo parece suceder a cámara lenta y estiras el momento y te dejas llevar

No dejo de asombrarme con los cambios tan intensamente marcados que las estaciones crean en Madison, en Wisconsin en general. Recuerdo muy bien cómo estaba esta calle vestida de verde y exuberancia en la primavera. No había vuelto a pasar por aquí desde entonces. Lo recuerdo porque fue a finales de mayo cuando pasé a dejarle partituras al pianista que acompaña a mis alumnos. (Sin él, como sin un ingeniero de sonido en un concierto o un tramoyista, no habría concierto). Hoy vuelvo a llevarle partituras. A pesar de que repetimos mil cosas cada día o cada cierto tiempo, todo, casi siempre, se siente muy distinto. Nunca se pasa la página de un libro de la misma manera: mente y percepción dialogan constantemente y ningún instante es igual a otro.
Tal vez estaba pensando en eso al ver estas pobres flores cargadas de nieve y recordar cómo las ví en la primavera

Ahora, tan cargadas que hasta parece imposible que se mantengan en pie

Cerca de casa volví a ver los cardos pero esta vez no sólo desde arriba sino muy diferentes,

las espigas en otra travesía muy distinta también

Sí, es inevitable pensar contantemente en la vida, el tiempo, las estaciones, lo que nos marca, las vivencias que nos impulsan o nos detienen; pensar en este invierno que va a ser otra prueba de tenacidad para muchos, aquí y allá.