Es domingo. Salimos hacia Valencia para ver el Oceanográfico. Había oido decir que era uno de los mejores del mundo, pero no sabía que el complejo arquitectónico en el que está, la Ciudad de las artes y las ciencias, tuviera tales dimensiones. ¿Me sorprende siendo diseño de Santiago Calatrava y Félix Candela? Creo que sí. A pesar de las críticas que se puedan hacer por ese protagonismo y constante presencia de Calatrava en la arquitectura valenciana, me asombra el concepto y la capacidad para crear espacios
Todo el diseño parece una nave o un pez, quién sabe
Hubiéramos querido entrar a ver el Palau de la Musica pero estaba cerrado
Limitamos la visita al acuario. Verlo puede durar de 3 a 4 horas y no queremos pasar más tiempo en espacios cerrados.
Hacemos el paseo, mirando una y otra vez ese pez o esa ballena que imaginas que es el auditorio
Dimensiones, rincones, voluminosidad, contrastes…., todo te llama la atención,
no sólo los edificios en sí sino el juego entre ellos
Caminamos por la parte de abajo, ahí donde las fuentes recrean otro espacio y color
Dejamos atrás el edificio que llaman Hemisfèric, un impresionante ojo humano
que alberga en su interior una sala de proyecciones digitales y películas Imax. También dejamos atrás el Museo de ciencias
El puente es referencia constante,
Lo mires desde donde lo mires, exacto
Lo atravesamos para llegar al Oceanogràfic, ese acuario que recrea diferentes ambientes y ecosistemas marinos
Pasamos de aguas templadas
a las heladas del Ártico, a las islas, al Mediterráneo con sus peces mimeticos
a los túneles por donde se pasean tiburones, peces espada o mantas
uotras especies aún más extrañas
Los tuneles son espectaculares. Como la variedad de especies
Dicen que este acuario tiene el mayor número de especies del mundo
Hoy hay bastante gente, en algunas salas más que en otras. Es bonito cuando entras a alguna en las que hay silencio,
incluso si hay niños
Se agradece también salir afuera, compartir con flamencos y pelícanos,
sentarse a descansar un rato y jugar a ser tiburón en aguas mansas
Nos despedimos viendo cómo dan de comer a las focas
y volvemos por el paseo
Pienso por un momento en los artistas que el Mediterráneo nos ha dado, pintores y músicos creando con espacios visuales o sonoros. Creando
Memoria de formas, sonidos, motivos, luz.
La arena de la playa nos espera. Nos movemos con ella hasta el final del día, exquisito como fresca trufa de chocolate después de la siesta.
3 comentarios:
AqAquí ya he estado. Es genial, tanto como tus fotos. Qué pasada recordarlo a través de ellas. Es casi como volver a estar ahí.
Pues yo no he estado nunca, todavía. Me ha encantado visitarlo de tu/vuestra mano.
Pero lo que más ilusión me ha hecho es veros todas allí, tan guapas, tan afables, tan unidas.
:D
¡Felicidades!
Dintel,
la verdad es que a mí también me parece espectacular.
Irre,
¡me lo imaginé!
Besotes
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