Trato de romper la inercia de pasar los fines de semana en casa y dedicarlos a una actividad que es muy popular por aquí (¿solamente aquí?): "catch up" se llama, es decir, hacer lo que has ido dejando de lado toda la semana, sentir incluso que puedes jugar con el tiempo y jugar entre sus horas para entretenerlas un poco. Hoy no es día de hacer mucho. Una de mis alumnas está tocando en una obra de teatro (un cuento dramatizado más bien) y hoy es el último día de la presentación.
El teatro Bartell es pequeñito y acogedor, cercano. Me gusta. Llego con tiempo, compro la entrada y salgo un momento porque hace tiempo que no camino por aquí y no veo el Capitolio con nieve
Siempre me llama la atención la falta de gente por aquí los fines de semana en esta época del año. Es diferente en primavera y verano. También los es durante la semana: ésta plaza que rodea al Capitolio está rodeada de oficinas, negocios y restaurantes y siempre hay gente que va de un sitio a otro.
Hay una luz bonita y me gusta el silencio
Siempre me gusta vivir situaciones nuevas, adentrarme en mundos que ni siquiera sabía que existían, como este teatro, esta historia ("The quiltmaker's gift") sobre la persona que hace edredones que tan bien cuentan los pocos actores y que tanto te llega por la simplicidad y el buen hacer.
Al regresar a casa, el sol ya se está poniendo
También me gusta esa luz, el sol que rápido desciende tras las ramas desnudas. Aún me queda día por vivir, me digo. Aún puedo jugar entre sus horas. Es cierto.
2 comentarios:
Me gusta mucho la intimidad con la que nos has contado tu día, raquel. Consigues crear una suerte de burbuja acogedora en la que me he sentido incluida al leerte.
Gracias y un beso.
A mi también me gusta escuchar tus historias y devenires. De verdad.
Un besote
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