Es el momento de moverse en bici más a menudo, aunque no sé si hoy es el mejor día: el calor ha sido fuerte y el 50% de humedad no deja más que aumentarlo. Cuando salgo a las 6:30, todavía se siente como si el aire estuvieran estancado en un globo cálido. Tal vez por eso no hay mucha gente en el camino. Por eso y porque es puente (mañana es Memorial Day): la gente está de fin de semana o de picnic con amigos y familia. La ciudad también se siente muy vacía.
Llevo la cámara pero no me paro hasta que no hago casi la mitad del recorrido. Siempre me gusta pararme al salir de esta curva desde donde veo campos que me dejan comprobar el pulso de la estación con su tierra recién plantada o con el maíz ya crecido algunos meses después
La luz de la tarde la adorna y el calor la seca. Las grullas buscan la sombra del árbol
Aunque no haya mucha gente en la ruta,
y sólo la habiten los de siempre
otros son sus visitantes
Me acerco con cuidado pero solo me deja dar dos pasos más. Su oido es demasiado preciso. Cuando se va, me quedo contemplando el sauce que es otra de las marcas del camino
Poco más adelante, paro de nuevo
No está sola
Se separan del camino buscando al pequeño y luego vuelven a iniciar su ruta
Yo también sigo.
Cambio un poco mi ruta. Se está haciendo tarde pero me acerco a ver a unos amigos que están pasando la tarde junto al lago. Para cuando llego, el sol ya ha empezado a bajar y a vestir al Capitolio con otras galas
Te invita a sentarte, a mirar
lo mismo que ellos
Así son los momentos en Madison en puentes de verano anticipado.
Agotando la luz, paro de nuevo cerca de Vila. El sol se va perdiendo en su propio reflejo con la misma lentitud del aire
en un leve murmullo
Yo también me quedo quieta en ese rincón
donde hasta el agua abre sus ojos para dejarse llenar de luz
Llenarse de luz