jueves, abril 30, 2009

De Madison a Bucaramanga-El Festivalito Ruitoqueño

El festivalito en Ruitoque es la razón del viaje. Lo que en Tlacotalpan fue música jarocha, aquí es música andina colombiana, la música que muchos dicen que ya nadie toca, que nadie escucha. Pero ahí está, entera, reproducida en su tradicionalidad con más o menos exactitud, recreada de muchas formas, instrumentada y arreglada con una extraordinaria variedad de lenguajes musicales, vivida por pequeños y mayores.
A pesar de que sean veinte horas de viaje o de que la noche y el día se entrecrucen y confundan sus barreras, merece la pena despertar en Bogotá. Alfonso y Estela nos esperan para tomar un tinto (café solo) con arepa, para compartir un "ratico" antes del vuelo a Bucaramanga. Les conocimos cuando vinimos a Colombia por primera vez en enero de 2006. Anfitriones perfectos y generosos entonces y ahora, volver a estar con ellos es recordar muchas cosas de aquel otro viaje; vivirles ahora, entender que la amistad es duradera y que la gente es nodo esencial que nos ayuda a sentir la identidad que necesitamos para sentirnos parte de algo y que le da sentido a las cosas, el núcleo que nos deja vivir todo de forma más intensa y cercana.

Son 35 minutos de vuelo a Bucaramanga (14 horas por carretera). Dejamos Bogotá envuelta en sus nubes cargadas de lluvia y vamos al este, a la zona de Santander. A medida que nos acercamos, los Andes asoman sin esfuerzo,

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el río Chicamocha atravesando el valle,

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fuerte, imparable. Luego va asomando Bucaramanga, la ciudad que con su más de un millón de habitantes, domina esta parte de Santander, verde como la otra del norte de España

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Vivo la llegada recordando la de hace tres años: todo nuevo entonces, un reconocer ahora. Ahí está José, el hermano de Enrique, otro gran anfitrión que entonces y ahora nos hace la vida mucho más fácil. (Junto a él, Rosi, su mujer, y otras muchas personas que hacen que todo funcione sin que tengas que hacer mucho esfuerzo).

Como entonces, ahora vamos a ver a la familia Rueda Sarmiento. Un abrazo grande de bienvenida nos espera.

Es la estación de lluvias y el cielo amenaza. Todo está muy verde. Hace calor y hay mucha humedad. Pero esa lluvia

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aguanta hasta mucho más tarde, después de que hayamos comido y hasta descansado un rato antes de ir a uno de los conciertos que forman parte de las actividades del festival.
Para cuando llegamos al concierto, ya casi ha dejado de llover. Oscurece temprano. Son poco más de las seis y la noche ya llega. El concierto es un lugar cerca de esa capilla, la más antigua de Bucaramanga

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Aunque llegamos un poco tarde, el grupo Bandola está terminando de hacer la prueba de sonido

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- ¿A qué hora empieza el concierto?
- Hora colombiana, siempre tarde (nos dicen unos señores con los que después seguiríamos la conversación).

La sala de conciertos está en un edificio restaurado con un gusto impresionante. Me cuentan Enrique y José que ahí estudiaron ellos, "cuando era bien feo y hasta parecía que las puertas se iban a caer". No es así ahora. El edificio se llama "La casa del libro total", la casa de una biblioteca virtual, un espacio para exposiciones y otras actividades culturales.

Al terminar el concierto nos fuimos al Festivalito, en Ruitoque, a unos veinte minutos del centro de Bucaramanga. La música ya está sonando y la carpa ampara de la lluvia a músicos y público. Este es el Festivalito.
Recogemos nuestros pases, los programas, y nos sentamos a escuchar. Ahí nos quedamos hasta más de media noche. No puedo dejar de pensar en los últimos festivales en los que he estado últimamente, Tlacotalpan, Cosquín. Me uno a ese público que se sienta a disfrutar de la música en silencio. Es parte de ellos, de su historia, su cultura. Es la música de los pueblos. En algún momento, el espacio en sí deja de ser significativo, estás ahí pero también en cualquier otro lugar donde las gotas de lluvia se escuchan al caer sobre la carpa, sientes la humedad, las chicarras y los grillos con su propio concierto. Estás ahí.

Hay toda una red de actividad coordinada tras el escenario de la que no te das cuenta pero que está ahí. Los grupos van pasando. El presentador los grupos mientras el sonidista arregla los micrófonos. Todo fluye. Parece que hoy son pocos los grupos que conforman el formato más tradicional de guitarra, bandola y tiple

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La variedad en instrumentación y estilos está presente, desde el bambuco acompañado por guitarra, tiple, contrabajo y viola

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a las composiciones en el estilo más clásico-contemporáneo. Me gustaron mucho las composiciones de Pablo ALmarales Blanco

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El contraste es también rico. Ahí está el grupo Rescatando el Folclor, con su requinto y tiple, y muchos instrumentos de percusión pequeña (esterilla, zambumbia, chucho, guacharaca, alfandoque, cucharas y carraca)

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Y ahí la Coral Universitaria UIS con su sonido lleno,

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el Quinteto de Clarinetes Pa'Ya con sus pasillos y cumbias,

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o el más tradicional bambuco cantado por el Dueto Las Zurronas

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No sólo la música andina está represnetada. Ahí está la de la costa con sus contagiosos currulaos,bullerengues y tamboras con el grupo Kuisitambó,

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los niños tocando y bailando también porque así es, es la forma de conservar la tradición y porque también ellos tienen que aprender (me dicen)

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y los merengues campesinos del grupo Los Manantiales del Recreo

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Asombra llegar a estos pequeños rincones del mundo, encontrar tanta riqueza humana y cultural, poder ser parte de todo eso.

miércoles, abril 29, 2009

Un fin de semana largo para todos

Se agradece el comienzo de mayo con su generosidad, su día sin trabajo. Aunque aquí no se celebre en esta época del año, me alegro mucho por quienes en España puedan disfrutar el puente.

Yo también hago puente, temporal y físico. Voy con Xtring Quartet a tocar a un festival a Colombia, cerca de Bucaramanga (al este del país).
(Si hay conexión, lo intentaré. Y si no, hasta el martes).

Gladiolos de buenos de deseos para disfrutar el fin de semana. Y un abrazo especial para mamá, que cumple años mañana y sigue siendo muy especial

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martes, abril 28, 2009

La frescura del renacer

Estos días ando recogiendo los pedacitos que se me fueron quedando por el camino en los últimos meses. Todavía se me hace extraño despertar por la mañana y entender que no tengo que ponerme a hacer algo inmediatamente, que puedo entretenerme un poco más en esto o aquello, escuchar cómo se mece el fluir de los momentos en los que nada pasa, nada.
Todo y nada.

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Aunque somos nosotros los que muchas veces decidimos la prisa o la calma, en muchas otras ocasiones vienen determinas por algo exterior. Entender ese equilibrio de fuerzas quizás nos deje navegar con pasión pero con cautela, entendiendo que la ola grande es poderosa y que es mejor volar a su lado que luchar contra ella.
Sea lo que sea, la frescura del renacer de estos días inunda por fuera y por dentro, de lejos y de cerca,

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Moverse con ella es recorrerla y acariciarla entera

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como danzar de elegancia, insinuación y certeza

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lunes, abril 27, 2009

Todo conectado

En estos tres últimos días, todo está renaciendo de forma vertiginosa. Calor y humedad, esa es la fórmula. Asombroso verlo. Como asombroso el número de afectados por la epidemia en México y la rapidez con la que parece extenderse. Asusta.
Hemos creado sociedades globales en las que casi todo depende de casi todo y en las que los equilibrios parecen más frágiles que nunca. Siempre algo nuevo en ellas, bueno o malo. Y esta vez hay que estar alerta

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Es otra llamada de atención que nos recuerda lo vulnerable que somos.

viernes, abril 24, 2009

Poco a poco

Todo llega, y estas imágenes son impagables. Lo primero de hoy, un paseo en esos 25º que constatan una vez más los contrastes de Wisconsin y cómo la tierra se desnuda de los viejos ropajes del invierno

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Sí, es la tierra misma, con toda su fuerza. Toco la piedra y sé que ella también está viva

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Poco a poco, todo llega. Miro el agua y juego entre sus reflejos mientras ella también aletea desperezándose del invierno,

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busco los verdes que poco a poco todo lo irán cubriendo. Todavía es así,

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pero poco a poco...

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miércoles, abril 22, 2009

Ya casi

(Ya casi termino. Sólo me queda un examen más mañana).

Hoy tengo un respiro y recogo lo que llega. Es un buen día para salir un momento, sentir el sol, el aire, los rumores invisibles, el ciclo que léntamente comienza. Hace fresco. Después de tres días maravillosos de primavera la semana pasada, el invierno envidioso, volvió de nuevo.
La luminosidad de hoy le pide cuentas, le dice que ya fue demasiado largo, que es el momento de ceder el paso.

Recogo lo que llega. Aunque un poco asustadas por el frío, ahí están, tímidas bajo el sol del mediodía

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pero son los narcisos seductores los que ansiosos crecen. El contraste con la desnudez del invierno es todavía visible en lo que les rodea

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Pero su color ya olvida todo. Estamos listos, dicen

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Así me siento, lista para terminar este proceso e iniciar uno nuevo

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Estos colores y el florecer del magnolio me dan fuerzas para mirar más allá,

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lejos y cerca,

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un poco más

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jueves, abril 16, 2009

Inesperadas, queridas

¡Ay! Cuánto se disfrutan esas pequeñas cosas que los primeros días de la primavera nos regalan. Poder estar afuera, sentir el lento renacer de las ramas, atender a los primeros brotes del lilo, las primeras florecillas, escuchar a los pájaros en sus reclamos, llenarse de su aire

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Todo va apareciendo, cobrando vida. Como estas flores que pequeñas y hermosas asoman, inesperadas

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Sonrío con ellas

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y luego me voy perdiendo a su lado, junto al sol que ya se marcha

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lunes, abril 13, 2009

Queda prohibido


Ésto es lo que más necesitaba leer y recordar hoy.
(A., gracias por el envío).

P.D. Parece que el poema no es de Neruda sino de Alfredo Cuervo Barrero. Aquí se puede leer completo.

viernes, abril 10, 2009

Rural también

Cielos altos y fríos de acá, como dice Juan Luis. Extendidos, abiertos. Y atardeceres que ya se empiezan a dejar querer por no necesitar de abrigos para mirarlos. Su hermoso aire rural con su cableado por fuera en postes de madera. Otro territorio

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lunes, abril 06, 2009

Cuatro Instantáneas

Azules y espacio entre instantánea e instantánea mientras el aire peina su delgado flequillo

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y las ramas desnudas extienden sus caligrafías sobre el aire del lago

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Luego todo cambia y aunque las nubes parezcan una amenaza,

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ahí está la luna para recordarnos que al otro lado siempre hay calma

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viernes, abril 03, 2009

Aristas y cielos claros

Debe ser que hoy he ido buscando aristas y cielos clarísimos y penetrantes.
Agradezco respirar el aire fresco. Con la excepción de una semana a primeros de febrero, creo que llevo encerrada casi desde comienzo de año.
Prelims. Exámenes de doctorado. Quienes han pasado por eso dicen que es así, que no es una cuestión de inteligencia sino de confiar en ti y mantenerte firme. Lo confirmo y añado que hace falta mucha paciencia y conformares con tener que dejar unas cuantas cosas un poco de lado.
Sigo leyendo pero todavía no termino con todo el material. (¿Se termina alguna vez?)
Tengo cuatro exámenes y el primero es el día 15. (¿Pienso en algo más que no sea eso?)
¿Será por eso por lo que hoy sigo insistiendo en mirar hacia arriba y ver cielos claros?

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Claro que por alguna razón mi mirada ha ido buscando aristas, o el inconsciente las ha perseguido

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Son las cosas que el alma no dice pero que asoman sin que nos demos cuenta. Asoman torcidas o al derecho,

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sin saber muy bien cual es el verdadero ángulo. Igual, la misma arista conforma el pensamiento dividido y el sentir navegando entre el aplomo y las alas necesarias para mantener el hilo de la vida

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Recordar constantemente que soy yo la que he elegido esto, que es temporal como el sol del instante,

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las nubes o las sombras;

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y que la percepción de las cosas depende del punto de mira

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