martes, julio 31, 2007

Una pausa

Llevo todo el día pensando en todos esos términos, definiciones y fenómenos sobre los que estoy escribiendo en un trabajo que tengo que entregar mañana. Esa es la ventaja de poder trabajar en cualquier parte del mundo ahora que la era digital lo permite: trabajas aquí, lo entregas allí, a muchos kilómetros de distancia pero en un minuto. También puede ser desventaja pero ahora no importa, hoy sólo puedo permitirme esta breve pausa para decir hasta mañana.

lunes, julio 30, 2007

Lunes de luna

Lunes por la noche. El calor ha vuelto a desdecir todo lo dicho. La noche llega pero no hay una gota de aire. He dejado los balcones cerrados durante el día para mantener el frescor de la casa pero nada ocurre ahora que los abro para encontrar un poco de brisa. Sólo grilllos. Salgo a caminar con mis hermanas. La luna nos acompaña como farolillo inalcanzable y perfecto, increiblemente hermosa mientras te alejas del pueblo y dejas atrás las casas y ella va iluminando la silueta de las montañas. Al regreso, la gente está sentada a la puerta de sus casas, al serano. Dices adiós y te dicen hasta luego. Hay niños jugando.
Casi es media noche pero bajo un momento al edificio del reloj del ayuntamiento y me siento en un banco que casi parece que lo han dejado ahí con esa intención. Hay wi-fi, todo un lujo. Acabo de hacer una foto de la luna pero, aparte de que no consigo ni un pellizco de lo que quiero conseguir, flickr no me deja subirla. Está bien, hoy no importa, todos sabéis lo bonita que luce, y juntos la contemplamos, es ese instante y hoy escribo para Julia, Sebastián, Estefani, Banderas y Mariano, respondiendo a sus comentarios de ayer, para decirle a Julia que la siento cerca y que no debe estar triste, o sí si esa tristeza ha de ser vivida, pero que su fuerza siempre la hace revivir y resurgir más entera; decirle a Sebastián que ahora sí nos vemos dentro de nada y que no comenté nada en su última entrada porque, como siempre, me pareció tan bonita que las palabras se me quedaron muy calladitas adentro; decirle a Estefani que la imagino en Madrid y que le regalo un cachito de esta sierra para que el respiro le llegue pronto; a Banderas que me resulta curioso lo que me dice porque Juanluis me comentó en algún momento que a menudo hablaba del tiempo para describir mi estado de ánimo y que tal y como lo hacía le recordaba un poco a la poesía japonesa, y ahora es Banderas quien lo dice; y a Mariano que le imaginé en Asturias y que en ese mapa de España que ponen con dibujitos, vi nubes en ese norte maravilloso y pensé en él.

Ya comienza la madrugada. Aún se escuchan niños jugando a lo lejos y grillos y un cuclillo que sólo en las noches de verano deja oir su canto. Seducción.

domingo, julio 29, 2007

Calor

Tanto calor que los saltamontes son los únicos capaces de esquivar las finísimas sombras del mediodía.

Pero la noche trae lunas grandes y una breve brisa. Sostiene infinitos grillos, infatigables.

Es verano

sábado, julio 28, 2007

Tu atardecer desde el balcón

Después del frescor de las mañanas, un sol despiadado acosa sin descanso durante el resto del día. Hacia las 9:30, esa hora un poco mágica se asienta entre los rincones, la voces se escuchan diferentes y comienza a desaparecer el filo del calor. Y es sólo al final cuando el camino se deja hacer. Hoy subimos al Balcón de Extremadura. uno de esos lugares que en cada estación se viste de largo para siempre recordarte el recuerdo y alcanzar el presente..
El Balcón de Extremadura es, literalmente, un balcón que mira a un valle donde en noches claras se alcanzan a ver varios pueblos de Extremadura. Un camino serpenteante y angosto entre olivos y montes desiguales te lleva a ellos. Cuando éramos pequeñas nos parecía que el lugar, a diez minutos de la casa, estaba lejos, en algún remoto escondite tras los pinos y robles. Ahora llegas en un suspiro, recogiendo la frescura de la brisa en cada paso, dejándote llevar por una luna que también ha salido a pasear

Las colas del pantano de Gabriel y Galán quedan a un lado

y a tu espalda, el sol encuentra su horizonte

Luego, otra luna te lleva de la mano

antes de que el señor Lorenzo se despida

Son casi las 10 y aún la luz está alerta.

jueves, julio 26, 2007

Un siempre y un ahora

Sí, esas cosas que parece que siempre han estado ahí, esas montañas que delimitan como puntos cardinales,

paseos entre arboledas que conoces y que te dicen su edad y la tuya, árboles que ves crecer,

pasos sobre un mismo suelo en la vereda que sólo los años van desgastando y riegan de hoyos. Y sin embargo, nada es igual, ni el verde de las hojas ni el paseo, ni la mirada a lo lejos o el instante en que buscas tu río interior para comprender las edades de lo que crees que siempre ha estado ahí

miércoles, julio 25, 2007

Otras formas de dar noticias

Cuando se vive en un pueblo pequeño, hay ciertas cosas que parece que desde siempre han estado ahí y que forman parte de la idiosincracia del lugar. Debe ser algo así como vivir en tu barrio o incluso en tu propia casa, esas luces que siempre asoman de la misma manera, ese tic tac de un reloj que siempre se escucha cuando todo lo demás está en silencio.
Hoy, mientras escucho el reloj del pueblo dar las once, me doy cuenta de que desde pequeña llevo escuchando ese mismo sonar, esas campanada a las horas y a las medias, las horas siempre sonando dos veces, las medias sólo una. Es coincidencia también que, poco después, oigo un pregón del alguacil –ahora mismo estoy recordando a Romero mientras iba de calle en calle recorriendo el pueblo y dando el pregón de turno, trompetilla en mano, voz penetrante-. Como los tiempos cambian, ya hace unos cuantos años que la voz del alguacil suena desde el sistema de megafonía del ayuntamiento

Pues sí, esa es la forma en que se transmiten las noticias aquí, la oficiales, las relacionadas con los asuntos del lugar. Un soniquete como el de la antigua trompetilla de Romero alerta del bando y, a continuación, ya se sabe que lo que viene es el Atención, atención se hace saber. Ha sido así desde que tengo memoria. Los asuntos a anunciar pueden ser varios, el arriendo de algo, la venta de un huerto, si alguien ha perdido una pulsera, vayan a apuntarse si quieren participar en.
Hoy se anuncia que la subasta de los chiringuitos del Vallejo de la Mata tendrá lugar el lunes 30 de Julio. (¿Qué sería un pueblo sin su fiesta patronal? ¿Y qué de una fiesta sin baile?) Pues sí, en ese precioso robledal que es el Vallejo de la Mata es donde se hace el baile para las fiestas y donde dos chiringuitos venden licores embriagadores sin los cuales también la fiesta sería fiesta venida a menos.

Así es como se transmiten las noticias en el lugar. Las otras, las que se cuentan con voz más susurrada, los dimes y diretes, y las de De boca en boca, no cuentan.

martes, julio 24, 2007

En otro despertar

Despertares tranquilos en un mar de silencio, otro mar. Ese silencio transparente como la luz clarísima de un cielo límpido y brillante, aire líquido cristalizando hilillos de nubes juguetonas. Esa luz que atrapa el abrazo y te recoge por entero. Luz que da vida y deja otros paseos. Paseos que te dicen una vez más que estás aquí, que el manzano es frutal fuerte acostumbrado al peso,

que el olivo es de la tierra

y la lavanda ese otro capricho que irresistiblemente te envuelve como a las mariposas, aroma y color solidarios como el sosiego


Otro paseo, otra ola, otros colores, otro rincón del mundo y una historia que cuenta tu historia.

lunes, julio 23, 2007

Con su tiempo

Despertamos con niebla, con una lluvia finita como si de un día en el interior del mejor de los inviernos se tratara

Qué fragiles nuestros días y qué marcados por sus luces o sus sombras.

domingo, julio 22, 2007

Los días, otro sur

Con qué rapidez se suceden los días.
Hoy es otro aire, otro otro cielo, otra inmensidad. Y es este espacio abierto el que reconozco, este aire, la casa, el silencio que resuena con su invisible cordel de cascabeles lejanos, la noche que sabes, la luz que desde siempre te despierta, su interior.
Y este atardecer,

la pasión en su entrega

sábado, julio 21, 2007

De regreso, Monsanto por el camino

Dejamos el mar con esa nostalgia que siempre nos achica con el adios. Esa es la última ola, el último suspiro de humedad detenida en las manos, tus ojos acostumbrados al destino de su inmensidad.
A lo largo del camino, esos contrastes de verdes y sequedad, regadío y secano, alcornoques, olivo, grano. Nunca un paisaje detenido e igual. Y pueblos blancos adornados de azules o amarillos. Siempre blancos, ordenados en su espacio, sus casas sin hacinar, sin atropello.

Vamos subiendo, dejamos atrás Castelo Branco buscando Monsanto

Ya has estado. Nos dices que realmente merece la pena. Merece. Y mucho. A su vera, el valle se extiende verde y fecundo, una de sus montañas revestida de verde; en la otra, atalayas de castillo y talismanes de un pueblo que sorprende más que cualquiera de sus descripciones o imágenes

Sí, el castillo medieval en lo alto, castillo del que queda un cinturón de murallas, algunas torres, las ruinas de una de sus capillas,

otra dentro del recinto. Ruinas o no, tal vez sea la altura y la mirada al valle lo que confiera al lugar ese algo fantástico y espectacular, o acaso la magnitud de sus rocas

y la construcción envolviendo piedras gigantes, apoyándose en ellas

En la ladera, el pueblo, un regalo de piedra que construido con ella y desde ella, mima sus caprichosas formas

y sus inesperadas siluetas

y rincones

Caminas entre callejuelas revestidas de piedra,

aunque también las flores encuentran su nacer y su cobijo

Su gente, amable como nadie

Montaña, castillo y pueblo, un espectáculo magnífico


¿Cuántos rincones así en Portugal? ¿En España?

Hoy regresamos a casa. Ya tarde, poco antes de llegar, la noche nos dice que estamos llegando, algo en la luminosidad de las noches tardías de verano, un respirar inconfundible.

viernes, julio 20, 2007

Esa vida en cada viaje

En cada viaje busco manos de mayores que me dejen ver las huellas de su tiempo, busco expresiones de niños, frescas y naturales, busco las caras de quienes en la madurez de sus vidas sostienen el pulso de los lugares. Camino calles, pregunto, sonrío, quiero comer lo que ellos comen. Soy turista y no lo escondo, me lo notan aunque no lo quiera, te lo notan quieras o no. Se debe llevar en la cara la mirada de querer aprehenderlo todo en ese paseo, ese roce, ese abanico de querencias que vivo con la intensidad que los días, las horas y sus rincones me dejan. Trato de entender, de fundirme con el lugar.
En cada despedida, una nostalgia y un titilar interior que me dice que es necesario cada regreso después de cada partida y que cada viaje es esencial para todo lo que vivo, como cada día es esencial para mi vida.
Me siento privilegiada por esta posibilidad de poder escapar, vivir entre un aquí y un allá, recoger las esquinas del mundo y comprender que entiendo la vida como única y fundamental, maravillosa. Desde las tristezas más profundas, siempre una ola que vuelve a levantarse y reinicia su vuelo.

En cada viaje busco un ciclo vital que le pertenece. Sus huellas permanecen

y su sol se desnuda en una más de sus despedida para recordarme que el ciclo se repite y que respirar es revivir y renacer con cada poro de lavanda y tomillo que lame las alas de nuestros destinos


jueves, julio 19, 2007

Esa comida del Alentejo


Deliciosa la comida portuguesa. Lo digo conociendo poco de ella y sin haber pasado suficiente tiempo en el país como para saber qué sí o qué no. Pero hasta ahora, tanto en el viaje a Lisboa de finales de abril como en éste, he disfrutado de platos bien sazonados y alimentos frescos; una cocina quizás no tan sofisticada como otras pero sí sabrosa, deliciosa.

Nada como entrar en las pastelerías, tomar café y elegir respostería a tu antojo para acompañarlo. No sólo son los pastelillos de nata típicos

sino los hechos a base de requesón, las tartas de almendras, de manzana, hojaldres antojadizos

y no sé cuántas delicias más.

Los antojitos también son varios, desde las empanadas tradicionales a las croquetas de bacalao o de carne

En los restaurantes, nada más sentarte, te sirven algo para picar. En cada sitio es diferentes pero parece ser común la ensalada de pulpo (una vinagreta de pulpo pero sin vinagre y con bastante perejil), pan, aceitunas, algún paté de sardinas o de atún y quesos curados o blandos para untar que no escasean en su generoso sabor. Tampoco los platos principales escasean en calidad y tamaño.
Estando junto al mar es casi obligado comer pescado. De todo lo que hemos probado, el robalo y las sardinas se nos antojan excepcionales,

ero la dorada o la caldeirada de pescado tampoco se quedan atrás

Parece que las carnes también se dejan comer con gusto, el secreto de “porco preto”, los pinchos morunos de carne de cerdo y ternera, el cordero asado o la carne de cerdo a la alentejana. Se necesita algo más que varios días para poder degustar la variedad y los platos típicos de la comida alentejana. Lo único que sé es que es una delicia sentarse a comer y dejarse servir por camareros y camareras amables y disfrutar una comida que se siente de la tierra, acaso el pan un poco soso pero compensado por esos postres caseros, el café exquisito y el orujo o la ginjinha que tantos recuerdos de Lisboa nos trae y que tan especial se siente ahora que aquí la probamos

miércoles, julio 18, 2007

Santiago de Cacém, entre azules y blanco

No importa si es aquí o allá. Ahora es Além Tejo, Más allá del Tajo, esta región que tanto recuerda a la Extremadura española, tierra desigual y deshabitada, cambiante, algunos campos de regadío, otros para el ganado, muchos otros baldíos.

Me gusta este Portugal rural que aún sonríe y es personal. (¿Por qué deja de ser personal lo que en turístico se convierte? Aquí o allá).

Hoy vamos hacia el interior, a Santiago de Cacém. El aire se seca a medida que nos alejamos de la costa y el calor anida en el olor de la tierra seca, olor a jara y a retama entre monte bajo y alcornoques

Como los pueblos extremeños, los de aquí también son grandes. Más ciudad que pueblo, Santiago de Cacém luce blanquísimo a lo lejos, en lo alto. Y como otras poblaciones del Alentejo, viste su sencillo color encontrando el contraste con un cielo azulísimo.
Hoy busco fragmentos, esquinas,

trazos,

retazos,

formas,

bordes definidos

Y una iglesia ahora rehabilitada para museo donde nos recibe una malagueña simpática y guapa, una iglesia que fue centro de las peregrinaciones que se iniciaban al sur, en Sagres, y que subían hasta Santiago, peregrinaciones que terminaron con la invasion francesa; iglesia amurallada que hoy luce los pendones de la cruz de Santiago y que ahora quiere recuperar su pasado como punto de peregrinación y así entrar en la rueda del Camino de Santiago

Ciudad entre dos colinas, la iglesia y su muralla en una, las ruinas de Miróbriga (pero no las salmantinas de Ciudad Rodrigo) y un molino como los de la zona, éste construido en 1813 y todavía en funcionamiento, aunque nosotros lo vemos en su reposo. Cuando el tiempo lo permite, se puede visitar y quienes lo guardan te enseñan cómo en él se muele el cereal

De regreso, pasamos por Sines, en la costa, y caminamos su centro habitado de callejuelas alrededor de un castillo que prepara su escenario para un festival de músicas del mundo. Caminamos por el puerto

antes de robarle otra mirada al mar en Porto Covo, otro de los muchos lugares tan magníficos que hay en esta parte del mundo