El invierno llegó de repente y para quedarse.
No lo sentimos tanto el primer día entre aviones, trayecto de autobús y caminar hasta algún restaurante cerca del hotel. Tampoco al despertar a esta vista desde la habitación al día siguiente
La conferencia de la Sociedad de Etnomusicología (
SEM) vuelve a ser en Pennsylvania. En 2011 fue en Filadelfia y ahora en Pittsburgh, la segunda ciudad más grande del estado. La llaman La ciudad del acero (the Steel City) por los más de 300 negocios que hay relacionados con el acero. También se la conoce por La ciudad de los puentes (the City of Bridges) por los 446 que tiene. No camino por ninguno. Cuando salimos a cenar buscamos restaurantes alrededor de Penn Avenue: griego el primer día, tailandés el segundo, vietnamita el tercero y para cerrar el círculo, griego otra vez. (Se come bien en Christos y tanto el lugar como el dueño y sus empleados, se merecen una visita)
No hay mucho tiempo libre en esta conferencia. Demasiadas ponencias para escuchar y mucho para reconectar y compartir con amigos y compañeros de todos estos años. Pasamos la mayor parte del día en el hotel y solo el sábado me escapo para salir a caminar cerca, por el centro, alrededor de Market Square.
Hay que mirar hacia arriba para despertar la mirada y subir los rascacielos
El
nombre de la ciudad se lo dio en 1758 el genearal John Forbes en honor a un inversor británico llamado William Pitt. La producción de acero
impulsó el desarrollo de la ciudad durante la Guerra Civil y para 1911,
Pittsburgh ya era la octava ciudad más grande del país. En aquel momento llegó a producir
la tercera parte del acero total de la nación. A principios de siglo
acogió a muchos inmigrantes europeos que llegaban a través de la isla
Ellis y durante la Gran emigración (1910 a 1930) también acogió a
muchos afroamericanos. La Segunda Guerra Mundial impulsó la
economía de la ciudad, que siguió desarrollándose durante el tercer
tercio del siglo XX. Desde 1980, el mayor desarrollo económico se
ha buscado a través de la eduación y los servicios, las finanzas y la
tecnología
No hay mucho espacio. La marca de acero de la ciudad asoma por todas partes
Acero, vidrio y piedra lo ocupan todo. A veces las líneas salen mal paradas, aunque tal vez solo sea mi mirada entre esquinas buscando la armonía entre el hoy y el ayer, la discontinuida que fluye
Saliendo de Market Square, las calles están vacías
y el frío pica como decisiva arista
Creo que lo que siento al caminar por aquí es esa conversación constante de una altura que no da para el ancho de la tregua. Pero sin duda llama la atención y construye un espacio diferente
Varios ríos articulan las venas de la ciudad y quizás sea por eso por lo que todo el centro se siente engullido por los brazos de agua del Monongahela y el Allegheny que confluyen en el Ohio. Lástima que no tenga fotos del río. Hace demasiado frío para caminar por allí. Vuelvo a Market Square donde los edificios apaciguan el viento
Sí, mejor no dejar de hacer las cosas y continuar la vida y los haceres. A pesar de los -5º
Mejor seguir camino,
buscar rincones y caminar calles y recuerdos entre ayeres, hoy y mañana
Porque el tiempo sigue y en todas partes las estaciones son las mismas,
No importa tanto la altura sino lo que cada uno encuentra