jueves, enero 31, 2019

Tlacotalpan

Tlacotalpan tiene ritmo propio. Es (re)encuentro de mucho(s), pies en las tarimas, manos entre cuerdas, miradas y entregas. Ahí estamos, entre lo conocido y lo nuevo, el desvelo y las arenas de tiempo tejidas de sentimientos y razones, haceres de vida al fin.


En Encuentro de Jaraneros reúne a infinidad de gente en esta pequeña ciudad del sur de Veracruz. La festividad de la Virgen de la Candelaria el 2 de febrero atrae a otros muchos. (El día 1 sacan a los toros por las calles y lo llaman "Pamplonada". Huyo de esas calles abarrotadas de espectadores y me alejo lo más posible de eso.) Como otros años, venimos a escuchar música y a compartir con amigos a quienes solo vemos en estos días. A lo largo de los años, algunas de las calles empiezan a ser conocidas 






Este año nos acompañan Ted y Jody. Vivimos todo desde nuestro mirar pero también desde el de ellos, con la frescura de quien descubre todo esto por primera vez


También son músicos así que es fácil dejarse llevar y gravitar hacia esos lugares donde uno u otro van a hacer sonar sus jarana o requintos. Ahí, en Luz de Noche, está Ramón. Ese nuevo requinto que acaba de construir suena increíble. Claro que no es solo el instrumento sino probablemente su saber, su sensibilidad y el arte de sus manos



A primeras horas de la tarde, la calma de este primer día todavía se siente, todavía algún momento de descanso


En este primer día buscamos la cabalgata



 y como muchos otros,


buscamos un espacio en la calle para ver pasar a jarochas y jarochos ataviados con sus trajes de gala montados en sus caballos








Otros también se reencuentran y el saludo es prueba de ese pasado-presente que sigue construyendose y moviendo los hilos de la vida