Es difícil encontrarle el pulso a las ciudades cuando llegas a ellas desde afuera, sin tener a nadie adentro. Pero no deja de ser interesante ese reto de acercarse a lo desconocido e inmiscuirse en el ritmo de sus pasos. Ayer fue Buenos Aires, hoy Córdoba. Es especialmente difícil en ciudades grandes. A pesar de lo que ayer caminamos, no puedes hacerte una idea de lo que Buenos Aires es. Como muchas otras ciudades, mil capas y barrios, mil espacios y gentes de muchas partes. Hay que vivirla más. Hay que sentarse junto a otros, tomar ese café o ese mate, comer junto a ellos y tantísimas otras más. Caminamos por Florida, Corrientes, Plaza de Mayo, tomamos café por San Telmo y cerramos la noche en un espectáculo de tango. A pesar de que sea un espectáculo pensado para turistas, la fuerza de baile y música, te transportan,
La música en vivo, impagable, bandoneones y violines entre pasiones y melancolías
Esta mañana salimos temprano para Córdoba. Vemos el delta desde lo alto, el Río de la Plata tan ancho y extendido. A pesar del cansancio por las pocas horas de sueño, salimos a caminar la ciudad poco después de dejar las cosas en el hotel. Vamos buscando el centro, sin prisas, entreteniéndonos en el camino, dejándonos envolver por el flujo de las calles y su movimiento, el cúmulo de cosas y contrastes,
cosas y gente aquí y allá,
idas y venidas, el café con medias lunas y jugo
en una de las calles peatonales cerca de la plaza San Martín, la plaza principal
donce están el antiguo Cabildo y la Catedral
Calles tapizadas de tiendas, vendedores ambulantes, ruido, calor. Es verano y probablemente la ciudad se siente muy diferente ahora, la gente en las terrazas, muchos de vacaciones, los estudiantes fuera también.
Cerca de la plaza es donde vamos descubriendo porqué la Unesco protegió la ciudad en el año 2000. Ciudad sin mucha planificación arquitectónica (¿a qué me suena?), el centro histórico lucha por mantener su unidad en esas iglesias, conventos y antigua universidad que parecen formar un centro relativamente pequeño rodeado de esas calles que le roban la personalidad a los sitios, calles tan normales que nada dicen con sus tiendas, cafés, restaurantes, tiendas, tráfico o bloques de apartamentos que podrían pertenecer a cualquier parte del mundo.
Pero el centro merece la pena,
especialmente cuando te adentras en iglesias o conventos, en la Córdoba de los Jesuítas, en patios como el de la casa convento de Juan de Tejeda, patios que te devuelven cierto sosiego
y que tanto recuerdan a otros patios y conventos españoles; o cuando entras en la catedral
en la iglesia de la Compañía de Jesús
o en la primera universidad del Cono Sur
Muchos detalles y muchas historias en cada uno de esos lugares.
Sólo algo más, éste árbol y la flor nacional de Argentina, el ceibo.
8 comentarios:
¿Estuviste en San Telmo? ¡Allí es donde viven mis amigos!
Quién sabe. A lo mejor hasta te los cruzaste...
:-)
Me encanta viajar contigo.
Besos
A mí también me encanta viajar con vos.
Consigues transportarnos contigo allá a donde vas, espero que no te duela la espalda con tanto peso.
Besitos/azos.
¡Qué formas arquitectónicas tan armoniosas las de la fachada de la Catedral, qué rotundidad en la fachada de la iglesia de la Compañía de Jesús, y qué serenidad ciertamente evoca cualquier patio de un convento! En un viaje breve como el que estás haciendo seguramente no te dará tiempo a hacer el lugar tuyo, a sentirte parte de la vida que se desenvuelve en esos lugares, y es una lástima, pero desde luego merece la pena ver todos esos retazos que nos muestras y nos deslumbran. Además, tu vista entrenada con la fotografía y tu sensibilidad seguro que te hace percibir y sentir cosas que para muchos de nosotros pasarían desapercibidas con sólo una visita. Viajo poco, pero estos diarios de viaje tuyos lo animan a uno a buscar escapadas. Que os lo paséis bien.
Perdón por la repetición, creía que mi ordenador estaba colgado e intenté subirlo de nuevo. ¿Es posible de alguna manera quitar un post que uno ha puesto?
Irreverens, estuvimos en San Telmo, caminamos por allí y tomamos un café en uno de esos sitios antiguos con un sabor a castizo impresionante. Era martes así que no había mucha gente.
Seguro que me crucé con alguno de tus amigos. ¿Qué te apuestas?
Besote
Mariano, no me duele la espalda. Las pocas horas de sueño las estoy utilizando muuuy bien!
Un abrazo
Hola Rafael, no te preocupes por la repetición. A mi me ha pasado también. Ya he quitado el comentario repetido.
Gracias por estar en este viaje.
Un besote
Cuantos sitios bellos e interesantes. Un bonito paseo.
Un abrazo.
Tawaki, y los que me voy a perder en Argentina... No nos vamos a mover mucho en este viaje pero incluso así, este viaje está mereciendo mucho la pena.
Un abrazo
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