Son las 4:25 cuando desyunamos. Poco antes despierto y en la pequeña pantalla que tengo enfrente veo que estamos a la altura de Tucumán y que Asunción queda al otro lado (esos nombres tan nombrados, con tantos ecos de nostalgia imaginada o real).
Hay un sol de pasiones en el cielo de amanecida. Adelanto el reloj dos horas más, las 6:25 de Buenos Aires, cuatro horas menos que en España, tres horas más que en Madison. Aunque poco, he dormido y esas horas de sueño me dejan sentir que hemos pasado de uno a otro día.
A medida que nos acercamos al destino me voy emocionando. Rosario aparece también en el mapa, Santa Fe, Bahía Blanca, el Río de la Plata… A media hora de aterrizar, no puedo dejar de anticipar el placer de las miradas nuevas y abiertas que los lugares nuevos regalan.
En el aeropuerto, vuelvo a pasar una vez más por la rutina de inmigración, recoger maleta, pasar aduanas, sacar dinero de un cajero y buscar taxi. Lonely Planet dice que del aeropuerto al centro puede costar alrededor de 70 pesos argentinos (unos 25 dólares). El primer taxi que me ofrecen es de 150,
- ¿50 dólares? Pero si no estamos en Nueva York, hermano. No gracias
Pago 85 a un taxista venido de Pontevedra hace 52 años. Se queja del calor. Me pregunta que a cuántos grados en Madrid. Él no ha vuelto a España desde que vino a Buenos Aires. Tiene ganas de volver para visitar pero no para vivir allí porque Argentina es un gran país. Se acuerda vívidamente de todo, no se olvida de nada, ni de que es español; tampoco ha perdido la nacionalidad, pero este es un gran país.
En el hotel tengo que esperar un rato hasta que me den la habitación. Agradezco el wi-fi y esa conexión con el mundo mientras espero. Ahora mismo, en esta calle, en esta puerta, podría estar en cualquier barriada de Madrid. Bueno… no en cualquiera pero sí en muchas: el ruido de los coches es el mismo, los camiones descargando, la gente que fuma, los andares, la mirada de frente. Así es.
Después de esa ducha que me ayuda a quitarme la noche y el día de ayer de encima, salgo a caminar. Hace calor. Realmente, esto podría ser Madrid. Aunque esto
o esto
lo desdigan, muchas otras cosas lo cuentan: los kioskos en los soportales, los restaurantes y bares llenos a la hora de comer –ese horario tardío tan parecido al español-, la caña de antes en la terraza, las colas esperando el autobus, el tráfico y los humos, los parques,
algunas calles,
e incluso estas roscas que nosotros las llamamos del Puerto
y que su vendedor ha dejado al sol mientras él busca la sombra porque ahí deben ser 38 los grados que haya.
No alargo el paseo porque P. y S. deben estar llegando. Su vuelo de Chicago se ha retrasado.
Es martes y el viaje ya ha comenzado.
9 comentarios:
¡Ooooooh, te seguiré con emoción!
:-)
Feliz estancia en Argentina.
Qué suerte, Raquel. Disfrútalooooooo.
Besos.
¡Estoy encantado! Tengo tantas ganas de conocer Argentina que estoy como de viaje. Gracias guapa.
Besitos/azos.
¡Qué ganas de viajar! Un placer leerte (y envidiarte).
(Edito nuevamente, pues creo que no apareció el original...)
Aun no hace tres meses que regresé de un viaje por Argentina y esas imágenes, y sensaciones, tuyas me lo han hecho revivir. Efectivamente, yo también tuve la impresión de estar caminando por calles de Madrid...hasta que surge el tango y el acento....Yo iba avisado de los taxistas y regateé hasta los 65 pesos desde Ezeiza al centro....
No dejes de comer un buen bife (La estancia en la calle Lavalle,impresionante!!!) o una pizza en Los inmortales de la misma calle, para decirte dos sitios en el centro. Luego te tomas un café en Richmond (cerca de ambos) y te verás transportada a un café español de los años cuarenta en todos los sentidos.
Espero que lo disfrutes y que puedas darte un "paseo" por la inmensidad de la Argentina (Patagonia, Iguazú....)
Un cordial saludo
Peter
Me encantó el paseo. Puede que las ciudades sean diferentes, pero la gente es parecida en todas partes. Restaurantes, bares y tiendas, terrazas, iglesias y museos. Todos hacemos más o menos lo mismo.
Un abrazo y que lo pases muy bien.
Irreverens, a ver si puedo ir subiendo cosas. A veces no es tan fácil pero voy a intentarlo.
Un besote
Leo, estoy segura de que vives muchas cosas de las que yo te diría, qué suerte.
Un abrazo grande
Mariano, gracias compañero de viaje. Ahí vamos.
Un abrazo
Dintel, siempre envidio a quien viaja a destinos a donde yo misma quiero viajar. Envidia sana de esa, mucha.
Un abrazo
Peter pan, voy a anotar esos sitios. Este viaje no es de Iguazú ni Patagonia. Me dicen que todo eso es hermosísimo pero en otra ocasión será. Ya te contaré.
Tawaki, hay muchos puntos de conexión entre argentino y españoles. Es interesante verlo desde aquí porque hasta ahora lo había visto desde allá.
Un abrazo
Si ahora mismo me dieran a elegir un destino para viajar, escogeria argentina o nueva zelanda. Me encantaria conocer ambos paises!!
como me gusta buenos aires, yo vivo en uno de los departamentos en Recoleta hace unos años y todavía sigo fascinada!
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