viernes, enero 18, 2008
Buenos Aires - Puerto Madero
De un pago a otro, de lo pequeño a lo grande, de la calle San Martín, la única calle principal, a Paseo Madero. Caras desconocidas. Recobrar el anonimato.
¡Qué grandes se sienten las grandes ciudades cuando vienes de un lugar mucho más pequeño! Las crean muchos, con historias de todas partes, encrucijadas de herencias y destinos. Buenos Aires, como muchas otras capitales, no es una sino muchas ciudades a la vez. Gran desconocida para nosotros, hoy caminamos por Puerto Madero, una de las zonas que hace unos quince años robaron al abandono y transformaron en una de las zonas turísticas de la ciudad
No sé si es la hora, la luz, el gusto con que todo el que pasea parece disfrutar del momento, la brisa que va templando el calor del día. O si es quien pasea, quien está sentado
Turistas o no,
éste paseo pertenece a su gente, a la pausa que esta calma parece crear y contrastar con el ruido, el tráfico o las prisas de otras partes de la ciudad. Esa dulzura en el aire me hace sentir una y otra vez que ese ahora es, sencillamente, especial.
No dejo de pensar en los amigos argentinos que he conocido en estos años y en a quienes estoy recordando mucho estos días. Me pregunto cómo sentirían ellos este lugar, qué otras aceras caminaron cuando eran chiquillos, qué arcos atravesaron, qué rincones recorrieron.
Vamos dejando atrás los restaurante que conforman la orilla del paseo, los diques separados por puentes. Al ver éste,
me digo que me recuerda mucho al del museo de arte moderno de Milwaukee construido por Calatrava; más tarde me entero de es él quien construyó este puente también.
También vamos dejando atrás las fragatas que ahora ya son museos
La luna va asomando
y el sol reconstruye su regreso
Aún queda noche pero sé que este paseo de ahora es insistituible
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6 comentarios:
mmmmm...
Encantador paseo, Raquel.
Por cierto, me alegro de que lo del blog se quedara en sólo un susto.
Besos
Me encanta tu blog
Irreverens, gracias!
Sí, menos mal. No sé qué pasó en ese día pero no pude entrar para nada. Ya iba a pedir tu ayuda pensando algo así es lo que había pasado con tu otro blog.
Un abrazo
d2, Gracias a ti también y saludos
Mástiles, puentes y reflejos. Me encanta la foto de la farola mirando hacia la derecha. Parece que se quisiera escapar del encuadre.
Un abrazo.
Qué decirte: he visto ésta entrada después de la del sábado y sólo puedo volver a señalar esos chocantes contrastes.
Pedazo fotos, Raquel...
Besos.
Tawaki, mástiles, lunas y reflejos...ummm, irresistible.
Un abrazo para ti también.
Hola Leo! Sí, contrastes chocantes que a medida que conoces la ciudad(es) llaman más la atención
Un besote
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