Un día en una ciudad nueva es como un abanico que se va abriendo entretenido en cada uno de sus pliegues. Te los muestra caprichoso, los recibes como vienen. Luego, cuando se vuelven a abrir y recorrer, todo cobra un segundo color, otra madurez. Pero el comienzo es siempre un parpadear de encuentros, dejarse llevar por todo lo que en el lugar habita, lo de siempre y lo del momento.
Hay de todo en Tlacotalpan. Ahí donde el lugar duerme durante el resto del año se transforma en congregación de mucho: música, fandango, tómbola, toros, gentes y gentes. Lo vamos descubriendo a lo largo del día, del devenir, los paseos, las miradas, las cosas.
Hay de todo en Tlacotalpan. Vivos colores en muchas casas y esquinas,
apagados en otras que probablemente vieron mejores tiempos o que los pronto los verán ahora que la ciudad ya es patrimonio de la humanidad y el dinero llega para remozar calles y casas
Todo se vende, todo se oferta. Ahí está la vendedora de mamey,
el de mangos
y el que vende el flan
Ahí niños que solos o acompañados, aparecen ensimismados,
o entretenidos
Ahí el limpiabotas en la calle que por la noche se llena de vendedores de bisutería,
el otro niño que vende los tamales de masa que la mamá hace
Ahí el color, la arquitectura de algunos lugares que viven en climas cálidos, las ventanas que tanto me recuerdan a las de Cartagena de Indias,
arcos y portales de mil y un color,
casas
y puertas de la misma guisa
De todo hay en esa calle que va desde la plaza de Santa Marta a la iglesia de San Miguelito
Si quieres puedes ir en bicicleta,
pararte a comprar un vaso de fruta fresca o un riquísimo jugo de piña de la zona
o incluso un torito tradicional
Pero no te olvides echarle un vistazo a las jaranas que algunos lauderos construyen y venden. No te vas a arrepentir de escuchar las del señor Asunción Cobo. Vas a ver como merecen la pena
7 comentarios:
Con estos viajes tuyos, una se siente menos "inmovilizada".
:D
¡Qué maravilla todo!
Disfútalo al máximo, Raquel.
Besotes
Hola Irreverencitita!
estás ahí al otro lado. Gracias!
Tengo ganas de acabar de subir los posts de los otros días pero ahora es demasiado tarde.
Y estoy disfrutando mucho!
Besotes también para ti.
Mmmmm, mangos y puertas para robar....
qué limpias y bellas tus fotos y palabras.
Un abrazo.
Dintel,
tuyos. (Ya te enviaré más)
Julia,
ganas de volver a conectar y saber cómo estás.
Un abrazo grande
¡Otra vez esos colores! Son impresionantes, y qué buena pinta tienen los mangos. Las guitarras, en cambio, parece que están tendidas para que se sequen.
Un abrazo.
Tawaki,
son jaranas jarochas. En un grupo jarocho puede haber hasta 6 de esas guitarrillas.
Los colores en Tlacotalpan, uf! pues así como los ves.
Un abrazo
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