Se aprende mucho viendo y escuchando en vivo. En cada viaje hay una lección que aprender. Y son lecciones diversas e intensas. Sé que es un lujo poder acercarse y vivir culturas muy diferentes. A veces eres mero espectador. Otras veces te puedes adentrar mucho más.
Es la primera vez que nos acercamos a esta cultura sotaventina, y en concreto, a lo jarocho. Habíamos conocido a músicos aquí y allá, pero vivir un festival de cerca es otra cosa. Vemos los problemas de organización, la diferentes fiestas que hay dentro de la misma. Pero a pesar de los problemas, el valor de ver y escuchar todo lo que nos está llegando estos días es impagable.
Como siempre, te gustaría hacerlo y conocer todo pero no se puede.
Hoy decidimos ir a la playa. El sol volvió a lucir y decidimos escaparnos a unos 20 kilómetros de Alvarado para perdernos por un rato en ese mundo que el mar orquesta
El aire está clarísimo y aunque intenso, te dejas llevar con él, flotar junto a ella
y moverte al ritmo de la huella de la arena
Y es ese mundo que realmente te transporta, otro ritmo mueve tus pensamientos, otra ola el sentir
Es playa de arena finísima y oscura. El placer de caminarla es eso, el placer del paso y del momento
Es playa de troncos perdidos y abandonados
que construyen su propio paisaje
y esculpen horizontes
y cuerpos
Mar y música para hoy. Es nuestra última noche en Tlacotalpan, el espacio que hemos ido conociendo y queriendo en estos días. En nuestra última noche de escuchar a grupos tocando ese repertorio de sones que todos tocan, cada uno con su instrumentación y estilo, desde lo más tradicional con tan solo requinto (guitarra de son), jaranas y leona
a otros un poco menos tradicionales que incorporan marimbol y pandero,
sin que falte la dulzura y elegancia del baile
ni uno de esos grupos que innovaron la tradición desde lo más purista para luego hacer arreglos que muchos otros grupos recogen y tocan
El grupo Son de madera es uno de los grupos grandes que ya son clave en la tradición y en la reinvención de la misma
El aplauso que reciben es bien merecido. Cierran la noche de música y con ellos nos despedimos de Tlacotalpan
7 comentarios:
Qué ganas de pasear por la playa... yo que puedo... y no lo hago...
Que hermosa combinación, la música y el mar. Bellisimas las fotos.
Qué? Disfrutando como una niña,no?:)))
Me gustan los troncos y ramas con formas extrañas..justo me traje de Cordoba una rama nudos muy especial. AH! los tamales aqui en Salta, Tucuman y Jujuy los hacen riquisimos, abrazotes.
Es imposible lograr asirlo todo, fundirse con cada retazo, pero el hecho de intentarlo nos acerca a conocer otras culturas, y en cierto modo, algo queda.
Preciosas fotos.
Un abrazo.
Dintel,
tú que la tienes tan cerquita...
Ese día necesitábamos estar ahí y perdernos en todo eso que el mar trae y lleva.
Magda,
tú también sabes de mares y músicas.
Besotes
Mita,
como dicen allí en México, pues claro, pero ya se me acabó el veinte. (Te voy a ver en cuanto pueda)
Besos
mnsah,
los tamales son tan particlares de cada lugar... ¿verdad?
Ramas y troncos bonitos, vivos con el mar y la luz. Foto de la rama nudos de Córdoba, por fa.
Besotes
Tawaki,
tienes toda la razón. Creo que se queda mucho por dentro y se aprende mucho también.
Un abrazo
Que buen viaje y qué estupendo lo que enseñas de esa experiencia.
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