No sé quién estaría contando la historia o qué estarían contando pero para cuando entro en el cuarto junto al salón donde hemos tenido el recital, ver a estos pequeños y mayores alrededor de la mesa me llena el corazón de alegría
Ver y sentir sus risas,
y comprender la plenitud del momento
es impagable,
como lo son esas miradas cargadas de vida
9 comentarios:
Y a mí que me parecen todos/as guapísimos/as...
:D
¿Eso es en tu casa?
:)
Ojalá les duren muchos años; toda su vida en realidad.
Un abrazo.
... cargadas de inocencia y entusiasmo...
Qué dulzura, es cierto: en sus ojos, en esas sonrisas. Y en tus palabras.
Irreverens,
la verdad es que a mí también me parecen todos guapísimos. Además, a medida que comparten más, más se disfrutan.
No, mi casa es pequeña. Últimamente hago los recitales en un pequeño auditorio de una residencia de ancianos. (Bueno, lo de la residencia es un decir. Es más un complejo de apartamentos con todo lo necesario para quienes no pueden valerse por su cuenta. Hay un comendor, piscina y gimnasio, etc...) A los niños les gusta el espacio porque la acústica es muy buena y no intimida tanto como un auditorio más grande.
Un besote.
Tawaki,
sí, ojalá. Creo que es algo que muchos ya llevan bastante adentro.
Un abrazo
Alegría,
sí. Bonito ver todo eso.
Leo,
Fue especial verles ahí sentados en el suelo alrededor de la mesa porque además, eran mayores y pequeños. Eso me gusta mucho. Es una conversación común y una sonrisa que no es forzada. Lo que se vive en esas situaciones creo que es especial.
Un abrazo
Muy monos.
esas sonrisas son las que auno entre los dolores , le dan ganas de seguir en este mundo, besotes
jordin,
son especiales cuando los conoces de cerca.
Mnsah,
exactamente. Tú bien lo sabes.
Besotes también para ti.
Y si convives con ellos, te absorben todo lo que eras hasta ese momento y te llenan con su propio ser :)
Estoy de acuerdo: impagable.
Un saludo.
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