Lunes pierde su significado cuando no estás en la rutina de cada día. Recuerdo que hoy lo es.
Salimos para Xalapa a las 12. Hemos quedado en el hotel a esa hora. De Tlanepantla al centro puede muy bien ser una hora y media de camino así que pedimos un taxi para las 10:30. El trayecto hasta se hizo corto. El taxista nos contó su periplo tratando de entrar a Estados Unidos, cómo cruzó la fontera atravesando el desierto tres veces, qué ocurre cuando te pillan, las diferentes formas de entrar, el costo, cómo trabajan los coyotes, cómo lo peligroso se convierte en emoción y vértigo. Vivió en Estados Unidos un tiempo, trabajó más de 10 horas cada día, consiguió dinero para pagar sus deudas. Es el menor de 10 hijos. Es la historia de muchos mexicanos. Si antes las cosas eran difíciles, ahora lo son mucho más en este país en que la crisis abre más la brecha de la pobreza. Lo que se cae a pedazos
Pero siempre hay fuerza y esta gente no se rinde con facilidad. Dentro de un año y medio lo volveré a intentar. Merece la pena, dice.
Creer en lo que se puede, más allá de todo
Y aquí estamos nosotros. Una de las personas de mi panel en la conferencia da clase en la Universidad veracruzana. Ha organizado un seminario de un día sobre el son jarocho. Por eso estamos viajando hoy a Xalapa. Y el día vuelve a ser luminoso.
Salir de México lleva más tiempo de lo pensado. Una vez en la autovía nos movemos con rapidez.
Hablando de pobreza y necesidad, pasar por Chalco siempre me impresiona
Pero carretera y día se sienten preciosos. Creo que nunca había visto los volcanes con tanta claridad. Ahí están
Los vamos persiguiendo, a Popocateptl y a Iztazihuatl, él y ella
Nos acompañan mientras atravesamos campos de diferentes sembrados
Hasta los anuncios de Visa parece que nacen por ahí
Luego el paisaje cambia
Cerca del pico de Orizaba, esa montaña corona el paisaje. La recuerdo del viaje de regreso de Xalapa a la Ciudad de México que hicimos en febrero. Entonces fue de regreso, ahora es de ida
Qué diferente de día, vestido de verde. Aunque los colores no se quedan quietos
Y cuando empiezas a ver ésto, sabes que la ciudad está próxima
Quizás. También hubieran podido vender camote en cualquier lugar a mitad del camino. Pero estamos entrando a la ciudad, a pesar de que cementerios y vacas compartan el espacio
o el campo todavía viva muy cerca de la ciudad
Pero sí, ver ésto
o ésto
ya es señal inconfundible. Parar de uno en uno, y un atasco más. Parece que eso también es parte de la historia del centro de esta ciudad. El centro,
Habrá que pasar un poco más de tiempo para entender todo un poco mejor. Por ahora dicen que ya es navidad
6 comentarios:
¡Ay, esos volcanes! Me han recordado a unos mexicanos simpatiquísimos que conocimos subiendo al Aconcagua.
Uno de ellos siempre me hablaba del Popocateptl.
:)
Me ha gustado salir de la gran ciudad.
Creo que ya lo he dicho pero hacía tiempo que no los veía tan radiantes.
Hace falta salir de esa megápolis. Uf! Fascinante y complicadísima a la vez.
Besotes!
...
Ayer anduve toda la noche acordándome de ti, de tus fotos. Era un documental de Río de Janeíro.
Besos.
Me encanta viajar contigo, jeje. Quiero más ;-)
Estos paisajes me recuerdan que tengo pendiente volver por México. Esta vez de vacaciones, claro.
Abrazos.
Alegría,
¿te entraron ganas de ir?
Leo,
leí tu comentario cuando lo dejaste pero como he estado sin parar, hasta ahora no puedo decirte lo que entonces te dije, gracias, genial llevarte de la mano y sí, todavía queda un poco más.
Tawaki,
tanto que ver en México. Seguro que pronto haces ese viaje. Me alegro.
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