miércoles, noviembre 25, 2009
Tres destinos: Cempoala (1)
Se nos unen Male y Manuel esta mañana. Salieron muy temprano de la Ciudad de México y nos recogieron en el hotel poco después de las diez. Desde ahí iniciamos viaje hacia Cempoala
Hace un día precioso. El lugar está prácticamente vacío. Dejamos a un lado la que fuera la antigua entrada
de esta ciudad fundada por totonacas alrededor de 1200 después de Cristo. Cuando los españoles llegaron en 1519, la ciudad contaba con una población de unos 30.000 habitantes. Se dice que Cortés visitó Cempoala poco después de que desembarcara en la costa de Veracruz. Era una de las ciudades más grandes que él y sus hombres habían visto en la zona. Aunque Cempoala había representado el apogeo de los Totonacas, para 1519 ya llevaba tiempo bajo dominación azteca, lo cual facilitó la alianza con Cortés para liberarse del dominio azteca. Sesenta años después de la conquiesta, sólo quedaban 30 viviendas en Cempoala. En 1600, dos personas. Viruela y varicela hiceron sus estragos.
Nos cuenta nuestra guía que el nombre de Cempoala hace referencia al número 20 y que puede referirse a los 20 riachuelos tributarios del río Actopan que pasa al lado, a los mercados que se llevaban a cabo cada 20 días, o tal vez a las 20 ciudades que en su momento formaron parte del dominio de Cempoala.
Caminamos por el área central y nos movemos de una estructura a otra. El Templo de la Muerte está a la entrada
Luego vamos al Templo Mayor,
en cuyo recinto los españoles que llegaron con Cortés recibieron alojamiento. Fueron cordialmente recibidos por los habitants del lugar y por su jefe Chicomacatl, el “Cacique Gordo”, como lo apodaron los españoles. Aquí está su trono
Cuentan que el Templo Mayor estaba revestido de stuco bruñido sobre el cual resbalaban los caballos.
Nos impresiona el Templo de las Chimeneas,
su silueta recortándose sobre el cielo
A su lado, estructuras circulares
que parecen estar asociadas a adoraciones aztecas, a quienes los Totonacas pagaban tributos y sacrificios humanos. Esta estructura circular es impresionante por el eco que contiene, cómo se multiplica el volumen de tu voz. Ahí está junto a la Pirámide de las chimeneas, con sus asientos sencillos; los dobles marcando los cuatro puntos cardinales
Me gusta moverme por ese amplio espacio
El sol, la vegetación, el árbol de más de 200 años
detrás del Templo de la Luna
También ahí el Templo del Sol
donde hacían los sacrificios humanos
También se cuenta que Chicomacatl obsequió a Cortés con ocho doncellas totonacas. Como Cortés era muy apostólico romano, dijo que no podía aceptar el regalo mientras esas doncellas no fueran convertidas al cristianismo. Manos a la obra, los españoles derribaron ídolos de los monumentos, en especial del Templo Mayor, y los destruyeron mientras Cortés y el Padre Olmedo hablaban de la religion católica a los totonacas reunidos. Se limpió y lavó todo el monumento y al día siguiente unos albañiles indígenas lo blanquearon. Se contruyó un altar y se eligieron cuatro de los sacerdotes totonacas para que sirviran a la improvisada iglesia. Así fueron bautizados los cuatro sacerdotes ex-totonacas y las ocho doncellas. Una vez bendecidas, los españoles se llevaron a las doncellas y se retiraron donde estaban sus naves.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario