Un gran mago, compungido y preocupado, contemplando aquella desoladora tierra, decidió intervenir y crear un nuevo reino en el que los habitantes convivieran en armonía. Para ello, pensó que la música podía ser la base de esa felicidad. Tras mucho cavilar, nuestro mago, cuyo nombre era Panchalf el Rojo, convocó al consejo de sabios para tomar una decisión que pudiera arreglar ese mundo gris y lacrimoso. Panchalf aguardaba con impaciencia la llegada de los sabios. Llegaron el sabio danzón,
el intérprete
con su ayudante,
el pintor,
el costurero
y el dramaturgo
Una vez reunidos, se sentaron con gesto preocupado en la mesa del consejo. Panchalf y los sabios invocaron a los cuatro elementos y pidieron ayuda a todos los habitantes del reino. Éstos debían atravesar el túnel del tiempo y viajar a distintas épocas para que a través de músicas, danzas, historias, pinturas y trapos de colores, pudieran crear el conjuro acertado que devolviera la vida al reino y a la tierra, su luz y su energía.
Durante todo el día, los habitantes del reino, reunidos por grupos, pasaron de uno a otro sabio para crear una historia, una danza, un dibujo, un traje, una música y así, al final, convocar y reunir a todos los elementos para el conjuro. Inventaron historias,
músicas
y pinturas
que más tarde pondrían en común. Cada época definía motivos, ideas y formas
Una vez que todo estuvo listo, los últimos preparativos dieron comienzo, la última prueba de vestuario,
los detalles precisos para la puesta en común de la invocación en la conjunción de elementos. Campesinas, campesinos, mendigos y princesas se prepararon,
duquesas y reinas también
No faltaron monjas, juglares y trovadores
junto a cocodrilos prehistóricos
robots, musas, artistas
o insoportables profesoras
Y después de la más exquisita merienda,
la representación dio comienzo. Todo dispuesto, instrumentos
decorados
y público
Panchalf el Rojo dió la bienvenida
y Los Primitivos abrieon la presentación y llenaron el espacio con sus percusiones y danzas
Luego llegó el medievo con sus historias de castillos, de amor de princesas y un príncipe, campesinas guapas y monasterios;
y más tarde el barroco con sus magistrales músicos
y tantas historias de diferencias de clase, los ricos regocijando sus estómagos mientras los pobres de miguillas se alimentaban
hasta que se atrevieron a reivindicar sus derechos y lucharon por lo que les pertenecía,
música y danzas incluidas
El romanticismo trajo más luchas por las libertades, más de todo, musas de soñadores incansables
y profesoras tan exuberantes y estrambóticas como insoportables,
poetas y artistas perdidamente enamorados de sus propias ilusiones y extraviados en sus interiores
e historias igualmente apasionadas y caóticas
que siempre tenían más sentido cuando se convertían en música
Por último, el grupo del futuro,
la historia de robots y humanos
con un público fiel
que con sus atención ayudó a construir la transición entre música y danza de ceros y unos
a otra más... digamos que humana
¿Creéis que la luz volvió al reino?
¿Creéis que Panchalf el Rojo sonrió junto a todos sus habitantes?
¿Creéis que el conjuro tuvo efecto y que fuego, tierra, agua y aire se abrazaron de nuevo?
¿Creéis que Panchalf el Rojo sonrió junto a todos sus habitantes?
¿Creéis que el conjuro tuvo efecto y que fuego, tierra, agua y aire se abrazaron de nuevo?
4 comentarios:
creo q sí, q el arte es esa magia que puede hacer q el mundo funcione, q tenga equilibrio, y nos hace tan felices como niños jugando y aprendiendo.
un saludo
Jo, qué envidia... Niños... Besos.
Usted de que se disfrazó?
Besotisssssssss
El centro de interés es genial. Ya sé que siempre digo lo mismo, pero es que es sencillamente genial, no puedo añadir más.
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