A lo nuestro

No tenemos televisión y no la echamos de menos, no tenemos móviles y tampoco; sólo tenemos nuestra prensa y nuestro cuaderno de bitácora. Eso es lo que necesitamos. No tenemos todo lo que acumulamos en nuestras habitaciones de casa y tampoco lo necesitamos. ¿Será porque muchos amigos nos acompañan? ¿Porque nuestro reloj sólo marca con agujas de tiempo E.V.E? ¿Será por esa ilusión y gusto por estar donde estás? Debe ser. Debe ser.

No puede ser algo tan simple, me dices. Insistes en que tal vez un mago o un conjuro. Y sólo te puedo decir que sí, que es esa sencillez que la fuerza del trabajo en común convoca. Puede que magos conjurando fuerzas y elementos lleguen mañana

pero no ahora, ni ayer, ni hoy.
Te dejo que mires por el catalejo que llega hasta Río Carrión para que veas esa sencillez, el gesto de cada día y sus momentos, el rato de estudio a la sombra del árbol,

incluyendo el contar silencios y una buena dosis de concentración

Te acerco los primeros sikus

y sikuris aprendiendo Coplas de marzo y Flor de cáctus, esas canciones "clásicas" que se ya forman parte de nuestro paisaje sonoro

Y luego te llevo al árbol, el momento en el que la rueda se reconstruye para encontrar el hilo del día

Te llevo también a esas horas de talleres en las que construir desde el principio tiene sentido, mano a mano, ya sea piedra,

nuestra ciudad imaginaria, Inventrópolis,

o baile oriental

Todo, desde el principio y con esa fuerza del trabajo en común. Si quieres unirte al esfuerzo, hazlo. Siempre hay espacio para alguien más. Mientras, nosotros seguimos trabajando