Blancos

Por calles quemadas de calor, sólo el blanco recorta fresco el pensamiento. Y ese momento en el que lo único que existe es un gesto

Hasta ahí

Nunca he llegado a saber porqué el nombre de "Cerrá ortigosa". ¿Tal vez porque antes hubiera muchas ortigas que cerraran el camino o que marcaran el límite? Lo cierto es que allí bajábamos cuando éramos pequeños. Aunque hay cosas que han cambiado, este horizonte de montañas se mantiene

y esa finca de olivos que plantarían un poco después,

aunque puede que sea una de esas cosas que uno se inventa y planta en la memoria como si desde siempre le hubiera pertenecido al pasado. ¿No te ocurre?

Tenía ganas de ir ahí en bicicleta. No deben ser muchos kilómetros. La recompensa de la ida es demasiado evidente

Por las dificultades de la subida mejor no preguntes. Tampoco por el ángulo de inclinación.

Pero me encantó el esfuerzo, la paz, el silencio, el olor; pedacito de roble, retama y tomillo, recorrer con la luna grande su despertar y buscar su ruta

Pinceles y pinceladas

Hoy llegaron los pintores de cielos

Tan calurosos habían sido los días anteriores que cada elemento había sido desplazado de lugar. Los pasos, las miradas, el habla, el tiempo. Había sido imposible pedirle al aire que saliera a limpiar el fondo para luego pintar a su antojo. Poder pintar antojos

Hoy llegaron los pintores y estrenaron cielos con pestañas de asombro

y larguísimos pinceles y pinceladas

Quietud

Reconozco ese horizonte, esas montañas

el calor seco de estos días, la quietud,

y esos atardeceres de inconfundible voz,

testigos de su propio existir

De tiempo

Es verano. De Salamanca ya se fueron los estudiantes. Llegaron los extranjeros. El bullicio es otro.
A Lagunilla todavía no han llegado los de fuera. Así les decimos por aquí, aunque sean del lugar.

Hace años, por esta época, muchos más niños jugaban en las calles. Hacía demasiado calor en la ciudad y a los más pequeños se les mandaba al pueblo para que pasaran el mes con los abuelos.

Aunque con signos de vida, rincones y calles ahora se ven vacías,

Pero igual que se ven las heridas del tiempo o el abandono,

hay cosas que siguen luchando con tesón por tener su lugar

Y por todo eso, por lo de antes y lo de ahora, por lo que desaparece y por lo que se crea, por cómo se siente el paso del tiempo y cómo las dimensiones del lugar te dejan vivirlo, sé que en estos días me gusta mucho estar aquí.

Entre uno y otro lugar

Antes de que la mínima línea desdibuje el día, se asoman sobre vacío de su fortaleza de piedra, seguro y prisión a un tiempo

Miran a lo lejos. Alargan su deseo de luna y no les importa un horizonte torcido

si la noche incipiente todo lo promete

El cabañal, sus calles y mercado

No sé muy bien cuándo el barrio valenciano del Cabañal empezó a aparecer en las noticias. Tampoco sé mucho del tema, solamente que quieren tirar el barrio para construir la prolongación de la avenida Blasco Ibáñez, a la que el ayuntamiento quiere darle salida al mar. De paso, por supuesto, limpiar y sanear esta parte de Valencia que obviamente, contrasta con esa otra zona del centro que vimos el otro día

El Cabañal nació como un barrio marinero y fue municipio independiente (El Poble Nou de la Mar) hasta 1897. Su historia y la actual lucha por conservarlo se pueden leer aquí.
Esta lucha de intereses no es nueva. Por una parte están los políticos y por otra, la gente. Mientras unos sueñan con construir una ciudad que sólo se ajusta a los intereses de unos cuantos, otros luchan por conservar lo que de raíz tal vez les pertenece

Con el paso del tiempo parece que las cosas se han ido complicando. Casas que habían sido abandonadas han sido ocupadas por otros y algunas partes del barrio se han convertido en refugio de indigentes.

Es sábado por la mañana y caminamos por calles donde la gente camina

y vive su cotidianeidad

Por esas calles voy pensando que los mismo intereses movieron a Salamanca para limpiar la ciudad cuando en el 2002 fue capital cultural europea. El barrio chino desapareció por completo. Lo mismo en Barcelona para las olimpiadas. Remozar las ciudades significa deshacerse de gentes y lugares que no encajan con la imagen ideal de lo que debería ser una ciudad. Como si las ciudades no fueran humanas y en ellas no cupiera todo lo que precisamente, las hace humanas

Junto a lo que quieren derribar, hay casas que ya han sido rehabilitadas

¿Cómo terminará todo esto?

Como contraste, si el otro día entrábamos en el mercado central de Valencia, hoy entramos en el del Cabañal. La cantidad de gente y la vida en este mercado me dicen que sí, que este sí se siente real. No faltan ni gente ni productos de la tierra

Entre otras cosas, compramos chufas

y el señor, muy amable, nos cuenta cómo hacer horchata:

de medio kilo, dos litros. Hay que cocerlas primero, luego licuarlas y colarlas. Azúcar al gusto.

Hoy, además, la gente ya está preparada para el partido de mañana. (¿Acaso no he mencionado que mañana juegan España y Holanda la final del mundial?). Símbolos patrios por todas partes

"4-0 ganamos", me dice.
También aquí personalizamos los triunfos y sufrimos todos la victoria o en la derrota

¿En qué quedará todo esto?

Hoy

Podría haber sido en cualquier lugar pero sólo es así hoy, desde aquí

Sagunto, brevemente

Me asombra que se conserve tan poco de lo que fue Sagunto, ruinas y Castillo en lo alto, la iglesia de Santa María, del siglo XIV encajada entre viviendas,

casas de antes o de ahora sin que se pueda distinguir muy bien qué es qué,

función o disfunción

Busco el detalle

y construyo otro tiempo. Porque también aquí se entremezclan las culturas,

y el contraste

sigue siendo parte de presentes y pasados

Tatuaje de colores. Ahora que vuelvo a ver tantas mezcla de razas y pueblos en España, me digo que no mucho ha cambiado en tanto siglo. De ahí venimos y ahí estamos.