Confiar en los niños es un reto que a menudo, es más gratificante de lo que se pudiera esperar. No es fácil. No es dejarles solos. Es saberles guiar sin imponer, escucharles, entender sus decisiones, darles el espacio que les pertenece como personas grandes que ya son. Ellos saben cómo hacerlo. Somos los adultos quienes a menudo tenemos que aprender.
La música ayuda en esa aventura de buscar los rincones especiales en el camino. (Incluso si son rincones que haya que compartir con coches)
Música y en realidad, todas las expresiones artísticas
Pero ellos saben, construyen, mueven luces, atrapan sueños
El muro de hoy nos enseña que todo puede ser,
que el abrazo construye
y el sueño alimenta
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