De todos los peligros que uno puede llegar a pensar que te pueden ocurrir si sales en bote al lago Mendota, casi nunca vas a penar que uno de ellos sea el que un árbol (o una parte de él) te caiga encima del bote.
Esa precisamente ha sido la historia de esta mañana
En algún lugar debajo de ese árbol hay un botecito de vela
Habíamos quedado con Kathleen y Tom en spring harbour, un embarcadero pequeñito en una parte recogida del lago. Vimos a Tom en el parking y caminamos con él hacia donde estaba Kathleen, que ya había colocado el bote para salir. Estaba diciendo algo que no alcanzamos a imaginar hasta ver ésto
Afortunadadmente, en el momento en que escuchó el crrrrrraaaack, por instinto se fue al final del embarcadero.
Aunque piensas en que después de toda la semana de calor, hoy era el día perfecto para salir al lago, a pesar del viento y el agua un poco picada, muchas cosas pasan por la cabeza: el inconveniente de la reparación del barco, el no tenerlo en la mejor época para utilizarlo, la reclamación para el seguro...
Mientras llegaba la policía para dar parte del accidente, empezamos a cortar ramas para tratar de aligerar la carga
Un rato después llegó el sheriff con dos policías más en su bote. Cogieron datos e hicieron la declaración del accidente sin que faltaran detalles de humor porque el porcentaje de que algo así ocurra es mínimo. Luego siguieron su vigilancia por el lago
Seguimos cortando alguna rama más
hasta que llegó otro policía (esta vez de la ciudad y no de la policía de los lagos) para hacer otro informe y llamar al servicio de parques para que vinieran a cortar el árbol y así poder sacar el bote. Nos dijo que esperáramos, que en unos 45 minutos o una hora llegarían.
Esperamos
y esperamos
Y comenzamos a desesperarnos también.
La gente que pasaba por allí se acercaba a ver qué había pasado. También llegaba gente que iba a salir en lancha o en bote y que evidentemente, tenían que ir a otro embarcadero cercano. Los vecinos se acercaban a ver si necesitabamos algo
Mary había venido antes en bicicleta pero esta vez vino con su lancha
Pensando que la ayuda podía llegar una o tres horas después ya habíamos empezado a cortar el tronco grande. Ella nos ayudó a sacar los trozos del agua y también a idear cómo levantar el tronco para poder sacar el bote. Eso funcionó pero el árbol todavía era demasiado largo así que hubo que cortar otro trozo del tronco,
lo cual no fue tarea fácil (la sierra eléctrica no funcionaba y el tronco se negaba a dejarse cortar)
Entre Tom y Mary (que por cierto, es bombero) lo consiguieron
y por fin pudimos sacar el bote
Cuando nos íbamos, unas tres horas y media después, llegaron a cortar el árbol.
En todas partes cuecen habas. Mejor que las conclusiones y anécdotas las saque cada uno.
8 comentarios:
Coño con los castores que tenéis por ahí!!!!
Eso digo yo!
Sí, pero en algunas partes, a calderadas.
Menuda crónica de sucesos.
También es casualidad, ja,ja. Lo bueno de estas historias es que dan mucho juego en una cena con amigos varios meses después.
Y veo que la tienes bien documentada.
Fernando,
tuvimos que esperar tanto que dio tiempo para fotos y para mil cosas más (bueno, bueno, eso es un decir...)
Tawaki,
casualidad. De verdad. Eso es lo que decían todos los que venían a ver qué pasaba. What are the odds? What are the chances of this to happen?
Mil cosas más...
Eso, mejor no entremos en detalles :D
Espero que el seguro haya cubierto este accidente...porque las compañías son expertas en dar excusas para no hacer el pago (así como los que enviaron los policías a cortar el árbol).
Pero como dijeron más arriba...luego del susto y del mal rato, queda una buena anécdota para sacarla a colación de cuando en cuando. Saludos afectuosos, de corazón.
Son cosas que pasan que en el momento te asustas pero con el tiempo mas bien te dan risa saludos¡¡¡
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