El tranvía sube allí donde los hilos de colores tejen el bordado del tiempo y relatan la historia, pasado y presente, lo más cuidado y lo más abandonado, lucha y arte.
Santa Teresa fue una de esas áreas residenciales que la clase alta del siglo XIX eligió para vivir transformándola en una próspera zona donde las mansiones mostraban afluencia y abolengo. El tranvía les comunicaba con el centro
Ese pequeño tranvía, el "bonde", sale cada media hora del centro, junto al edificio de Petrobras. Una vez que llega a Santa Teresa va parando para dejar a pasajeros. No recoge a muchos porque unos y otros saltan a los lados del tranvía para hacer el recorrido gratis.
A medida que subes ves la bahía a lo lejos, las favelas tendidas en la montaña. Desde Pan de azúcar las veías más de lejos pero ahora las tienes ahí al lado
y las ves de cerca
En ese laberinto de pobreza, recuedo la película "La ciudad de Dios". Esta es la realidad y cuesta verla, como cuesta ver el contraste, pero no, gracias, hoy no quiero hacer un tour por la favela.
Sí, los ricos dejaron Santa Teresa a principio del siglo XX y la zona se fue deteriorando. Mansiones y jardines fueron abandonandos hasta que en los años 60 y 70 artistas y bohemios se fueron a vivir a la zona, reconstruyeron mansiones y empezaron a revitalizar el lugar. No sé cómo sería entonces. Ahora, con pintadas en las paredes y el arte callejero, las mansiones nunca llegan a sentirse como castillos infranqueables o lugares exclusivos
En nuestro camino de bajada no nos encontramos con mucha gente. Esta parte de la ciudad parece que es centro de músicas y actividades culturales pero a estas horas del día solamente nos encontramos lo habitual, el vendedor que pasa anunciando algo que no sé qué es, el barrendero, el jardinero,
el niño Gabriel que espera el autobús,
Vemos cómo las líneas de la ciudad se entrecruzan, los límites de las zonas de pobreza y riqueza se confunden, cómo todo navega en el esta ciudad aderezada con azúcar y sal
No camina mucha gente más
Desde luego, casi nadie sube. Coches y autobuses son nuestros pasos, y ese tranvía tan pintoresco que asciende con lentitud
Los contrastes son palpables a cada paso del camino, lo que ya está cuidado,
y lo que debe esperar un poco más
En el centro de Santa Teresa es donde más movimiento se ve, donde restaurantes, tiendecitas y centros culturales han ido aparecieno a medida que artistas y turistas han "enriquecido" el lugar. Como en muchos otros lugares, nunca te aburres cuando estás en la calle. La gente inyecta vitalidad y nada sucede dos veces de la misma manera
Caminamos por el Largo do Guimarães
y comemos en un restaurante que sirve platos típicos de Minas Gerais. Es tarde ya cuando salimos de allí y comenzamos a bajar hacia el centro de la ciudad antes de que se haga de noche. Preferimos seguir caminando un rato más
para alcanzar a ver los escasos colores que hoy podemos ver del atardecer
Al fondo queda la bahía, los dos mundos fundiéndose en el bordado
9 comentarios:
Olá Raquel, bela reportagem...Belas fotografias...Espectacular....
Um abraço
Imagino que hay que "saber moverse" por una ciudad como ésta... Lo digo porque todo parece muy pacífico y apacible, pero sabemos que no lo es. Yo también vi "Ciudad de Dios"...
Me ha gustado mucho esta parte.
:)
Besotes
Gracias por compartir "tu ojo" y tus palabras.
Las fotos del centro me han recordado a Portugal (claro), sobre todo a algunos barrios de Lisboa.
Fernando,
muchas gracias. Cómo me gustaría saber portugués para poder compartir un poco más con la gente aquí en Río.
Irreverens,
las fotos "limpian" un poco la ciudad. No porque quiera hacerlo sino porque así se ve cuando no hay gente. A las favelas no entras y la misma gente te lo dice. Hay que tener cuidado cuando oscurece y sólo moverse por algunas zonas. Poco a poco vamos descubriendo todo eso.
(A ver si puedo ir respondiendo comentarios. Ya por fin.)
Un besote
Calvin,
hola! gracias. Compartir el viaje así es una forma diferente de vivirlo. Bonito teneros conmigo.
Un abrazo
Fernando,
yo también pienso en Lisboa al ir por algunas partes de la ciudad, esas casas, el aire de la calle con el tranvía, el aspecto de algunas plazas...
Quizás este recorrido, haya sido más "duro", pero a mí es el que más me ha gustado... Casi palpar el cómo el tiempo y el paso por según que circunstancias, va cambiando un entorno bello y privilegiado en... otra imagen... Las calles solitarias... las pintadas... el niño solitario que espera el autobús... Los lugares casi abandonados... Ha sido muy esclarecedor...
Besos, divina.
Alegría,
así es, tal y como lo sientes y lo dices.
Besos y no te de envidia, que seguro que algún días vas a ir para allá. (Tanto que ver en todas partes!)
... lo sé... Además, ayer, escuchaba parte de mis pensamientos al ver una película en el cine, aparentemente juvenil... El poder de viajar a otros mundos, a través de la lectura... Parecía como si partes de la película, hubieran salido de mis pensamientos... ;)
Me alegra tenerte de vuelta "en casa" (lo bueno, debe hacerse breve...)
Tengo lectura atrasada de tus últimos dos posts, pero me gusta hacerlo con tranquilidad...
Te mando un beso a la carrera.
Ja...se me hace familiar la escena de Santa Teresa y su historia, como la del Cerro Alegre en Valparaíso, donde los ingleses se instalaban con sus colegios y todo (y fue donde germinó el fútbol en Chile).
Saludos afectuosos, de corazón.
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