domingo, julio 19, 2009

Semana

Para unos el domingo es el comienzo de la semana. Para otros, el día con que finaliza. No sé si mi semana empieza o termina. Trabajar por tu cuenta o estar de vacaciones tienen esa condición: desdicen las rutinas de los días y la que cuenta es la tuya, tu propio horario.

Hoy volvió el calor y esta noche sí se siente noche de verano. El jardín ya duerme. El sapo que nos visita cada año ya ha llegado. Grillos, chicharras, cuclillos, ladrido de perros a lo lejos.
Y un gladiolo con la luz de esta tarde

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Busco la palabra gladiolo en el diccionario. Dice que es voz de origen celta, una planta iridácea. Creo que prefiero mirarla

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y tal vez buscar el término en otras fuentes para que me digan que es una flor legendaria y que es una las flores más bellas que se pueden cultivar en un jardín. Eso ya lo entiendo un poco mejor

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Aunque sepan mucho, a veces los diccionarios dicen cosas que no se entienden muy bien. En este caso, creo que es más ignorancia que otra cosa. Sea como sea, aquí está ese gladiolo que esta tarde tanto me gustó

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y que ahora aquí se queda llenando la página con su color.

Con horarios impuestos o elegidos, noches de verano o gladiolos con luz y color, buena suerte a quienes tengan que trabajar mañana. A mí también me toca.

10 comentarios:

dintel dijo...

A mí, no.

Irreverens dijo...

Pues a mí, sí.
:)

Tomo nota y en mi próxima visita a la jardinería, compraré gladiolos. ¿Son muy delicados?

Raquel dijo...

Dintel,
suertuda, que tienes todo el día para leer y escribir (entre otras cosas, claro)

Irreverens,
va a ser semana de trabajo y de no blog.(¿Qué estoy haciendo aquí?).
No creo que los gladiolos sean tan complicados. Mi madre los cuida, pero no más que a otras flores.
Besotes

Irreverens dijo...

¡ánimo, pues!
:)
Y a ver qué tal se me dan los gladiolos.

Mariano Zurdo dijo...

Trabajando estoy, para variar.
A veces el disfrute está en la contemplación y no en el conocimiento.
Besitos/azos.

Alegría dijo...

Una vez en mi vida, hubo gladiolos... De ese color; en un arriate, lleno también de nardos, dalias y jacintos... y muchas más. Una fuente, donde nacían renacuajos, que se convertían en ranas, y el suave repiqueteo, en las tardes de verano, del agua manando de élla... Veo rosales, muchos, mi querido magnolio presidiendo el jardín y desafiando heladas en invierno. Ese tiempo, fui muy feliz...

Un beso, Raquel.

Fernando García Pañeda dijo...

El jardín ya duerme. El sapo que nos visita cada año ya ha llegado. Grillos, chicharras, cuclillos, ladrido de perros a lo lejos...
Eso es la infancia, Raquel, el paraíso perdido recuperado, siquiera en verano.

Raquel dijo...

Irreverens,
luego me cuentas.

Mariano,
Muy cierto, y más de una vez.
Besotes

Alegría,
¿dónde se quedó eso?

O Profeta,
gracias por llegar hasta aquí.

Fernando,
así es aquí en el jardín por las noches. No se escucha más que eso. Ahora mismo, a 1:30 de la madrugada, cuando el reloj del pueblo da la campanada de la media.

Alegría dijo...

... eso quedó, guardado en mi memoria... Ahora, por circunstancias, vivo muy cerca, y me siento incapaz, de pasar por la calle, y observar cómo asoma mi magnolio, entre los muros...

Se fue Raquel, de la noche al día, desapareció. Lo he asimilado, en parte, pero ha condicionado mi vida, totalmente... por otro lado, normal; todo nos condiciona, y va configurando nuestro mundo... Cuando no logras "despedirte" libre y voluntariamente de todo, cuando las decisiones se toman, en base a circunstancias que son las que realmente, las deciden, entonces, se queda ahí una cicatriz, y yo, prefiero no mirarla... Ya me costó, volver a vivir en el lugar, donde fui feliz, como dice la canción, pero... ¡prueba superada! Soy sensible, pero también fuerte...
¡Vaya rollo que te he soltado! Jajajaja jajajaja. Perdón

Raquel dijo...

Qué va a ser rollo, qué dices. Esos retos son difíciles y superarlos te llena de fuerza.
Besotes