De San Cristóbal a Toniná, una carretera de curvas, topes y mal asfalto compite con un impresionante paisaje de verde, valles y montaña, pequeños poblados, mujeres con los trajes particulares de cada comunidad, casas aquí y allá, cielos claros antes y después de subir las montañas y cortar entre la niebla
Un carretera que nos lleva más tiempo de lo que pesamos y que además añadió dos controles del ejército en los que nos tocó revisión. No encontraron ni armas ni drogas. Sí a cinco personas con ganas de que el proceso no fuera muy largo para poder llegar a tiempo de ver Toniná. Y lo conseguimos: el sitio no cierra a las 4 como dicen las guías, sino a las 5. Además, hoy nos regalan la entrada porque por ser feriado han llegado más visitantes de lo acostumbrado y ya se han acabado las entradas. A esas horas ya no queda mucha gente en las ruinas. Todo eso nos cuenta Cheo, nuestro guía
Hace tan sólo 30 años que se descubrió Toniná y 25 desde que está abierta al público. Toniná significa Casa de Piedra en maya tzetzal, la lengua que se habla en la zona. Empezamos el recorrido es un impresionante espacio abierto desde donde ya se ve la construcción central, un complejo arquitectónico que reúne palacios, tumbas, altares, observatorios...
Las fotos no le hacen justicia pero tanto de lejos como de cerca,
caminar y adentrarse en los vericuetos de esa estructura es una aventura maravillosa. Y entre rincón y rincón, volver la cabeza para encontrarse con el espacio en el que se asienta
Parece que Toniná fue una ciudad combativa muy temida en las guerras. En los monumentos aparece plasmados recuento de victorias sobre Pomoná y Bonampak. Su momento de apogeo tuvo lugar durante el reinado de Baknal-Chak. Esta ciudad creció en importancia en los últimos siglos de la era clásica maya debido principalmente a la lllegada de otros pueblos mayas que hasta allí llegaron desde regiones más bajas empujados por el acoso que los Putún-Itzá hacían desde la costa. Así, es aquí donde aparecen inscripciones que datan de 909, dos años después de las últimas en Uxmal y un siglo después de que Palenque hubiera sido abandonado. Dos siglos después también Toniná sería abandonado.
Cheo nos lleva por los diferentes niveles de la construcción, por el palacio del mundo de abajo, por el de las grecas que ya, como prácticamente todo, ha perdido su decoración y sus colores, aunque se pueden ver con claridad las grecas, la mariposa que forman, la mirada a los dos mundos, el renacer
para encontrar templos y espacios dedicados a diferentes dioses o actividades. No dejas de imaginar como sería entonces. Como en otros sitios arqueológicos, pasado y presente se entremezclan con fuerza
Culminando la construcción asoma el observatorio
Se habla mucho de la importancia que la astronomía tuvo para los mayas. Reunieron un gran conocimiento que les pemitía, entre otras cosas, tener control sobre la agricultura y los ciclos de la tierra. La exactitud de su calendario es admirable, como muchas otras cosas de su cultura.
Cuesta subir esos escalones estrechos
pero el querer seguir viendo lo que hay más arriba te mueve
y tienes recompensas como éstas en la estela de los danzantes
o el mural del Templo de las cuatro eras, en el que se representa el mito de los cuatro soles o las cuatro eras de la creación por la que el mundo pasó. Es impresionante la representación que hace del dios de la muerte bailando con la cabeza de un decapitado, los pajaros celestiales o los seres míticos de Huapu y Xbalanqué del famoso libro maya que explica la creación de la tierra, el Popol Vuh. Es difícil verlo todo completo pero aquí hay un detalle
A pesar de que muchas cosas se han perdido, llama la atención el buen estado en que otras se conservan
Y siempre, la magnífica vista
y ese descenso que a veces se siente más difícil que la subida
Desde abajo vuelves a mirar hacia arriba
y luego te sientas a escuchar el día que ya se pierde como la mirada a lo lejos,
6 comentarios:
Aquí las entradas, se harían a mano sobre papel de WC si fuera necesario, pero se venderían, eso seguro.
No me he parado mucho con el texto por falta de tiempo, pero he visto las últimas entradas y me has dado una asquerosa envidia de esas que no se curan así como así.
¡¡Esos viajes no se hacen sin invitar, concho!!... aunque luego uno tenga que declinar amablemente porque no le dan los "pesos"... Ja!Ja!Ja!
Ahora en serio... no veas cómo me gustaría acompañaros en esa ruta por el Mexico auténtico y profundo.
Biquiños ;-)
¡Guau, qué sitio! Desde muy pequeña, me ha llamado poderosamente la atención, esta cultura. No he leído tus anteriores entradas, pero en cuanto tenga un poco de tiempo, lo hago para disfrutarlas.
Un beso.
¡Qué pasada! Me apunto desde ya este lugar para ir a verlo.
Las fotos son muy difíciles, porque aunque esté nublado el sol está ahí, pero son impresionantes.
Besos.
Fascinante. Me han impresionado sobre todo los murales, por sus representaciones y por su conservación.
El entorno es una maravilla.
Abrazos fascinados, Raquel.
Dintel,
nunca me había pasado eso en México, la verdad. Fue un regalo añadido al momento y al lugar.
Banderas,
perdón, perdón. Quedo avisada y te anticipo el próximo viaje para que te vengas con nosotros, ¿vale?
Besos
Alegría,
mucho que ver y leer (aunque no precisamente a mí) porque la cultura maya es fascinante.
Besos
Tawaki,
gracias. Encantada de darte algunas pistas para cuando vayas.
Un abrazo
Fernando,
sé que te gustan los murales porque hiciste un comentario en los que subí de Cacaxtla. A ver si te puedo enseñar luego alguno más.
Besos
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