Tres horas tardamos de México a Chilpancingo, la capital del estado de Guerrero. Nunca me ha gustado ese nombre. Ayer, mientras buscaba un poco de información de la ciudad, me enteré de que el nombre viene de las palabra nahuatl, chilpan, que significa lugar de avispa, y cingo, que significa pequeño. ¿Pequeño avispero?
Llegamos desde la autopista que conecta el D.F. con Acapulco, que queda a unos 100 kilómetros de Chilpancingo. Dejamos atrás Cuernavaca, Xochicalco y la desviación hacia Taxco. Como en España, las autopistas han anulado los viajes por las carreteras regionales o comarcales que, aunque mucho más lentas, tienen el doble de encanto. Además, aquí se le suma el problema de los asaltos. “Antes lo que se hacía era pararse a comer en Santa María, pasado Cuernavaca, pero ahora ni eso”. La gente se conoce las zonas peligrosa y es mejor no tentar a la suerte. Hacemos el viaje directo y llegamos a las cuatro a Chilpancingo. Ahí está, en la ladera de la montaña, como un desorden de casas y alboroto. Ya me lo habían dicho, que no merecía mucho la pena la ciudad y que quitando el centro, no había mucho más.
La entrada de la ciudad es como muchas otras. Xalapa o Ciudad Altamirano podrían ser también así
Vamos hacia el centro buscando el hotel y mientras, empiezo a ver los lugares por los que luego quiero caminar
para enterarme un poco más de este tipo de cosas
que a menudo cuentan la historia de la gente y sus lugares.
Esto es lo que veo desde la terraza a la que da mi habitación,
la colina como asiento improvisado o planificado de miles de viviendas que un poco más de cerca se ven así
Pero eso es una parte de la ciudad, y ésta donde estamos otra. Por el centro, las casas no están desnudas y hasta los puestos callejeros parecen ordenados.
Me atrevo a sacar la cámara.
Esta forma de vender fruta es muy típico, partida y en bolsas de plástico. Si quieres, le puedes poner chile. Puedes elegir mango, papaya, jícama, pepino, sandía, melon...
Un poco más allá, el puesto de máscaras, que aunque parecen ser de pobre construcción, es la primera vez que las veo. Parecen las mascaras que se utilizan para la danza del tigre y para las de los diablos en la parte de la Costa Chica. A ver si mañana me acerco a preguntar
Las escenas son muchas. Me atraen esos niños ensimismados en este u otro afán,
imágenes como éstas para las que no hace falta decir mucho,
o como ésta con un poco menos de color
Me llaman la atención las formas,
el gusto,
las maneras
Y las escenas en los parques,
los vendedores
A esas horas en las que ya se sale de la escuela y lo único que hay que hacer es reunirse con los amigos por la glorieta
O si vendes, esperar a que alguien se acerque
Doy vueltas. Camino las calles alrededor de esa glorieta. Encuentro una panadería para comprar el pan con piloncillo por encima que Carmen me ha encargado
Sigo encontrándome cosas así
Y vuelvo al hotel para contaros todo esto cuando la luz del sol ya se va yendo
10 comentarios:
Hermoso recorrido nos enseñas dede tu nueva estancia, es bonito, sabes,me parece estar viendo en algunas de las fotos aquellas películas que se emitían hace ya muchos años, claro que ahora está mas... con los tiempos en que toca vivir.Tienes una vista preciosa desde tu alojamiento.
Espero que todo transcurra como esperas.
Un beso.
No he podido ver las últimas fotos, porque mi conexión no es muy buena. ¿Has pensado en limitar las entradas que se puestran en la página principal? A mi me tarda siglos en cargar.
Haciendo referencia a la entrada, me trae muchos recuerdos pero me sigue sorprendiendo que tan diferentes paisajes urbanos convivan en el mismo Planeta.
Un abrazo.
Curioso recorrido y sorprendente puesta de sol, con los mismo colores de las que disfrutamos en Lagunilla.
pero esas manos qué son?????
dios mío, uñas?
:S
Besicos
Ave,
esta ciudad es esa mezcla de muchas ciudades mexicanas, lo nuevo y lo viejo en muchísimas cosas.
Tawaki,
sí, se me olvida que a veces las conexiones no son muy buenas y son demasiadas fotos.
A mí también me sigue llamando eso la atención.
Asun,
¿verda? Por supuesto que pensé en Lagunilla. Y tú allí y yo con ganas de estar allí también.
A ver si cuando llegue al D.F. puedo subir las entradas de estos dos últimos días.
Belén,
¡uñas! Impresionante, ¿no?
Me encantan estos recorridos que nos regalan. Todos esos paisajes y personas ensanchan la imaginación. (La realidad suele hacerlo, con ser tan vasta, lo que es un contrasentido que me ha dejado centrifugando... ya me callo) :-)
Un beso.
Estupenda crónica de tu viaje y recorrido por "pequeño avispero".
Hay algunas foto muy buenas por el instante que captaste y el encuadre, pero me reí con las camisas para tripones, aquí en España, nunca se atreverían a ser tan explícitos.
Un beso, Raquel, y sigue disfrutando y compartiendo con nosotros.
Leo,
esto de México es impresionante para todo eso que dices, abrir mundos, ensanchar la imaginación.
Un beso
Tesa,
yo también me reí mucho con esa guayabera para tripones. Es la primera vez que veo un maniquí así y no te creas, que aquí hacen falta más de uno.
Gracias y un beso
Me ha encantado la foto de la ropa tendida. Las de las puertas, ni te digo.
tus fotos y relatos están cada día mejores, Raquel.
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