Desde que llegué he querido hacer blog pero no he encontrado el momento: siempre pasan muchas cosas y los días se llenan hasta que no le quedan esquinas para sentarse a mirarlos desde ellas. Ha habido mucho que hacer y muchas de esas cosas eran decididas por alguien o algo sobre lo que no tenías control.
Fanny trajo flores de bienvenida el primer día. Comimos chocolate. Todo estaba vacío pero la ofrenda llenó el espacio
No había casi nada aquellos primeros días pero los amigos llegaban y dejaban su abrazo, sus voces, su eco, su bienvenida. No me faltó ayuda ni apoyo.
La mudanza llegó una semana después, el 19 de septiembre, el día del terremoto. Poco a poco nos fuimos dando cuenta del alcance. Aquí solo lo habíamos sentido. No hubo pérdidas humanas ni daños materiales. Después del colapso de las comunicaciones, nos fuimos poniendo en contacto con amigos y familia, con conocidos y desconocidos. Estábamos todos aquí, los amigos, el nuevo equipo Xalapa que semanas más tarde celebraríamos con la claridad de ese color envolvente
Nos reunimos alrededor de la mesa, conversamos, tocamos música. Entendimos que este lugar tiene todo eso, que sus brazos son acogedores
y que
a pesar de que Xalapa no sea fácil de caminar entre cuestas, subidas y bajadas,
a pesar de que el tráfico sea espeso y exagerado o de que el cableado configure el paisaje de muchas de sus calles
Como en muchas otras partes, lo que nos gusta y lo que no, lo luminoso y lo apagado, convive. Más allá de lo que no entendemos o no nos agrada, hay mucho que nos sorprende. Su toque de gracia crea otra forma de mirar y sentir
Xalapa mira hacia dentro. A menudo una fachada no dice el interior. A veces una pequeña puerta se abre a patios de casas antiguas restauradas con el más castizo sabor mexicano. Otras te conducen a una casa con un laberinto de habitaciones que todavía conservan los suelos de azulejos antiguos y que funciona como restaurante. A veces, un callejón te lleva a patios como este, el Patio Muñoz
Ahí tiene Ramón su taller. Ahí ensayamos con un grupo ecléctico de músicos para grabar un tema que él compuso y que entrelaza danzón, son jarocho, son huasteco, swing, hip hop, jazz
Todo eso es Xalapa. Hay que descubrirla como si se desvenaran chiles. Las venas te van llevando, te guían. Hay que darle tiempo y entender que todo aquí es un poco distinto. Como todas los lugares, este también tiene su ritmo.
Aún no hace frío y hay flores,
hay vida
A primeros de octubre fuimos a ver el mar. El viaje fue largo porque elegimos el Pacífico pero mereció la pena. El agua nos lavó la piel cansada de todos estos meses de preparación, despedidas y encuentros. Lloramos y reímos. El proceso nos desnudó y nos vistió cien veces y más. Esta nueva etapa es continuar, un mar que mueve y empuja
No hay comentarios:
Publicar un comentario