2 de noviembre • Macuxtepetla

Como un imán, Macuxtepetla en 2 de noviembre reclama. Ahí llegué por primera vez con mi amigo Germán en 2010. Ahí regresé hace dos años. Ahí vuelvo este noviembre. Es un reencuentro. Recuerdo y vivo las sensaciones, los sentires. El sentimiento anclado en la piel trasciende el ahora y conecta con aquello que viví en el pasado. A la vez, todo es presente y vivo.
El estruendo de los cohetes y los cascantes, no cesa. Es la diversión más preciada de los más niños

Dicen que llaman a los muertos.
Subo los muchos escalones que llevan al panteón

Me paro a hacer fotos, a conversar con quien me da conversación porque al ver una cámara tienen curiosidad y quieren saber si el reportaje o la foto es para alguna televisión o para algo en internet. No. Todo mucho más sencillo, más humano. Les digo por qué

 

Llegar se siente hermoso, no solo por la anticipación sino por la llegada misma. Llegar es inundarse, navegar una plenitud. Colores, luz, estruendo, sonidos, olores. Todo está lleno. Todo se te pega a la piel

y sostenido tratas de entender el momento

Quiero cerrar los ojos y vivir eso, imprimirlo en lo más profundo. Apenas puedo. Alguien me invita a acercarme, a degustar la comida que ofrendan. No puedes decir no. Los muertos están contigo y es el momento de compartir con ellos. Les hemos traído lo que más les gusta, su comida, su bebida. Hay luz para el camino, velas enteras o agotadas, agua, aguardiente, fruta,

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fresca risa que olvida la lluvia del recuerdo que amarga los sentidos, contemplar el tiempo que ayuda a ese olvido, entender la renovación necesaria 

No quieres pisar lo que no corresponda pero apenas hay espacio para moverte y allí donde te detienes, alguien sostiene una mano y te invita a compartir, a celebrar y recibir, entender y llorar 

- ¿De dónde viene señito?
- De Xalapa
- ¿Y cuánto costó el camión?
- Fueron cerca de cuatrocientos, no recuerdo bien.
- Él se nos fue. 30 años. Vivía en Guadalajara. Ahora estamos solos mi esposa y yo. Nos dijo que tenía ahorros, unos 80.000 pesos. Pero ¡¿cómo ir a buscar eso?! Coma señito, pruebe de todo.

El señor llora y su piel sostiene la pena. Alrededor hay música, un mar de alboroto, sones de banda, un trío con sones y rancheras, una cuadrilla más allá.
Me quedo con ellos bastante rato. Pruebo poquito de cada tamal. Alguien bromea --asumo que es eso de lo que ríen-- porque no como mucho --. No entiendo nahuatl. Suena precioso.

Todo es intenso. Cada dos pasos puedas pararte, escuchar, ver y sentir una historia de vida

Me quedo un rato ahí donde otros años escuché a varios tríos tocar, donde se hace la ofrenda para quienes no tienen quienes les ofrenden

Este año siento que hay más gente joven, menos gente grande

Los niños siempre están ahí, inmensos en sus miradas y sus instantes

No son exclusivo. Forman parte del todo. Aquí es donde siento que la socialización es profunda y donde las continuidades se ejercen a flor de piel. No hay filtros.

Subo buscando a las cuadrilla, la comparsa, la viejada. Ahí están

Compitiendo con la banda, el trío de cuerdas (violín, jarana y huapanguera) compite de forma interminable para encontrar su espacio sonoro. Bailan. Disfrazados de mujer, zapatean sobre la tierra. Los antepasados asumen el cuerpo de los danzantes y sus paliacates les cubren para que la muerte no les reconozca y les lleve. 

México se ama y se sufre. Este tumba es de un joven de 24 años

Le mataron en Monterrey. 

Me llamó la atención que sus padres me pidieran que les tomara una fotografía. No es lo normal. 

A ella ya la había visto. Su pelo canoso me llamó la atención. Tampoco eso es lo normal

Luego fue cuando me contaron que su hijo murió 

Más allá eso, esa historia en esta mujer, en su silencio y todo lo que su porte invoca,

en el desnudo de algunas tumbas y lo esencial y simbólico, el barro, el petate, la vela, expresiones catalizadoras que van más allá de lo que la palabra convoca

y la vida a fin de cuenta. Unos viven los ausentes a solas, otros con los demás

Lloré por los míos y prendí la luz que me correspondía, las que les pertenece, la individual y la comunitaria

y fui consciente del tiempo más allá del hoy y del ayer o del mañana. Todo en el sentir, la pasión y el pensar. Todo eso es. Sencillo y profundo a la vez.

Me quedé más de lo que iba a quedarme. Era imposible no permanecer

Casi sin quererlo, se encuentra mucho más

 

Igual que entré, fui saliendo. Sin perder la sensación de embriaguez y exuberancia, intensidad. Descentranse para sentir un centro, verterse para recoger sin anticipar 

Macuxtepetla... 

Pasado, presente y futuro. Todo ahí
Tal vez debería haber intitulado este post "Instantes". Tal vez "Instantes y eternidad". Solo sé que fue fundamental volver ahí este año. Fue mi cita con lo interior, ofrendar y renovar. Sigue siendo la vida, el eterno instante infinito. Mira ese verde y esos escalones. Trata de ignorar la basura

Y mira a esos jóvenes tratando de encontrar su vínculo, la modernidad y lo de siempre. En ellos está. En todos nosotros