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domingo, junio 29, 2008

Lima en despedida: cerrando el círculo

Cuando llegué a Lima desde Veracruz, no sentí la humedad pero ahora que regreso a ella desde Cusco con toda su altura y sequedad, la humedad de Lima se hace notar. Todo es relativo.

Regresamos para un tono, una peña entre amigos en la que todos tocan y cantan. Es una de esas cosas a las que jamás tienes acceso a no ser que conozcas a alguien del lugar. Fuimos tamibén a escuchar música a la peña Don Porfirio y como hace una semana, el gusto de estar ahí y de vivir de cerca esta música afroperuana es único.
Hoy volvemos a dar un paseo por la ciudad y vemos la Lima del primer día cuando llegué. Claro que la forma de mirarla es diferente y los pasos se sienten distintos. Sé la ruta, entiendo un poco más el color. Vamos cerrando el círculo porque hoy es la despedida. Caminamos por el parque junto a la iglesia de Miraflores, donde están montando una toldo con sillas para poder ver la final de la copa de Europa de fútbol (España y Alemania, imposible dejarlo de lado porque todo el mundo apoya a España y quien sabe que soy de allí, lo primero que dicen es: "vamos a ganar, pues"

Desde el parque del amor

nos despedimos del mar,
Volvemos a atravesar el puente de los suspiros, unos aguantando la respiración y otros no

Volvemos a encontrar paz y el hacer cotidiano de un domingo en la plaza de Barranco,

también el domingo de correos

y nos despedimos de la magnífica cultura culinaria de Lima


Ha sido un viaje fantástico, con mucho de personal, amigos, música, buena comida y paisajes, ciudades y comunidades inolvidables. Mañana será transición. Dos aviones y varias horas de vuelo tal vez ayuden en el proceso. Sé que me llevo muchos recuerdos y mucho vivido. Todo lo impagable.

Juan Luis, muchas gracias por habernos llevado de la mano en este viaje y hacer que todo fuera un poco más especial. Por fin he podido ver y vivir tu Lima y un trocito de tu país, entender un poco mejor todo aquello de lo que siempre hablabas.

Nos vemos el martes en Madison.

sábado, junio 21, 2008

Compras y ventas

Entre el bullicio, el tráfico incesante o la contaminación de las vías principales por donde Lima circula y se mueve, rincones anclados en su propio momento y lugar

En Reducto, en el distrito de Miraflores, la gente camina a pie y hace su compra en cesto de mimbre. Puedes ser tú o yo ahí comprando, mirando, probando. Es un "farmer's market" de Madison, un mercadillo de productos orgánicos o ecológicos que también da cabida a unos pocos vendedores de artesanía local.
Mercados, esa verdad dicha con palabras grandes y transparentes, colores y olores particulares, productos de la tierra; hecho a mano, hecho con los sabores del lugar, los gustos, la particularidad, lo propio. Remolachas, rabanitos, empanadas, humitas y tamales,

papas de algunas de las 800 clases que existen en Perú, choclo, limón verde, quesos,

muchos productos asiáticos que dan fe de la gran población japonesa y china del país, granolas o quinoas naturales también, panecillos y tartas

chirimoya y guanábana

La oferta es variadísima. Al final del tendido, una quijada de burro,

la que termina por poner la última palabra para recordarte que la música afroperuana es muy peruana

No cabe duda, estamos en Lima,

con sus abandonos y deterioros,

sus contrastes,

sus iglesias barrocas, La Merced,

San Agustín,

y el comercio a flor de piel en las calles centrales, el ruido de las propagandas, las ofertas, el maniquí que llama a la tienda de ropa,

traseuntes y vendedores, los que te ofrecen los servicios de ésto o aquello, los objetos religiosos, pues

el llavero, oiga

y particulares esquinas


Luego, nada más entrar en la plaza, el pasodoble que suena tocado por la banda y coreografiado por el ejército cada sábado,

un danzón más tarde y por último un huaylas

Sí, los contrastes como en muchas otras ciudades del mundo aunque siempre especiales en cada una, las contradicciones, lo señorial

y lo plebeyo,

lo que mendiga y a duras penas se sostiene,

la constancia de un clasismo que ha perdurado por siglos y que está presente en muchísimos estratos de la realidad limeña (tal vez peruana en general, no lo sé); niños con otras necesidades y oficios,

otras miradas

No se escatima nada.

jueves, junio 19, 2008

En Lima, un poquito de peña

No hay tiempo para nada ahora que el congreso ya empezó y las presentaciones empiezan a las 9 de la mañana. A esas horas entras en el campus y ya no sales hasta por la noche. En algún momento de la tarde el cielo se aclaró y dejó ver el puerto del Callao a lo lejos

y la siluesta de la isla San Lorenzo


Para terminar la noche, una de esas cosas que realmente quería hacer en Lima, ir a una peña y escuchar música criolla. Aún andan resonando valses y marineras, tonderos,

festejos y landós. Las castañuelas únicas, el cajón y las guitarras, las voces de ellos y la de Rosita Guzmán después

Mucho hechizo y encanto, todo con el sabor del espectáculo del momento, sin montajes, con la pasión de la música en sí. Lo más impresionante: un contrapunto de zapateado entre estos dos bailarines,

marinera norteña para terminar


Todo un gozo y la satisfacción de poder escuchar en vivo toda esa música que siempre había querido escuchar y ver tocar en una peña, en Miraflores, junto a buenos amigos.

miércoles, junio 18, 2008

Lima: ésto y aquello

JL me pregunta cada día qué es lo que me ha sorprendido hoy. Se me hace difícil contestar porque son tantas cosas que me cuesta articular una respuesta clara y breve.

Me sorprende el regatearle a los taxistas, decirles tu destino y preguntarles cuánto te cobran, aceptarlo o no. Lo viejo que a veces los coches son


La gente está en los restaurantes con sus abrigos (más bien cazadoras o chaquetones) puestos (en la mayoría de las lugares no hay calefacción y aunque el frío no es cruel, la humedad es poderosa).

No hay costumbre de comer pan (ni tortillas) con las comidas y el humo de los coches no sabe rico.

Pasas de una Lima a otra con sólo cruzar una calle

No pagas un recibo sino lo cancelas. (¿Será por eso de cancelar la deuda?)

Los autobuses urbanos (combis, colectivos) no tienen paradas fijas y puedes parar cualquiera que te interese coger en cualquier lugar

Los pasos de peatones no se respetan.

Muchas parejas en los parques se besan y abrazan con completa desinhibición; más que en otros lugares.

Los churros siempre son con azúcar y el arroz con leche lo vende, entre otros sitios, en puestos por la calle

La burocracia, trámites y papeleos se siente más pesada que en otros lugares. Tienes que coger un número para esperar tu turno en la ventanilla del banco como si fuera la frutería o la pescadería. Sólo una persona por ventanilla, por favor

La palabra corrupción aparece demasiado a menudo en boca de ciudadanos de a pie.

Ver a los cambistas ahí mismo en la calle, en esquinas insospechadas y lugares que sólo lo lugareños pueden predecir

En alguna zona o cuando entras en algún lugar, el bullicio de afuera parece desaparecer por completo porque sólo existe ese espacio en el que estás

No he visto perros callejeros ni gente paseando a sus perros. Sí gatos salvajes en algún que otro parque
Tener una carretera costanera y pasar junto al mar cada mañana

La belleza y colores de las buganvillas


Estar aquí.

martes, junio 17, 2008

Lima, mil rincones y haceres

Mil Limas, mil rincones. Ciudad de contrastes, plazas y parques, casas abandonadas, magníficas mansiones restauradas o echadas al olvido, calles destartaladas, parques nuevos y viejos. Mil paseos y azares. Mil haceres

Escuchar tondero o marinera a esos cantantes de voz timbrada y amplio vibrato tan típico de la música criolla,

guitarra y requinto en mano,

Comer un exquisito ceviche con su choclo y su yuca

o una parihuela con camarones, cigalitas, mero, calamares...

Ir al museo Larco Herrera y recorrer salas con objetos de cerámica de algunas de las muchas culturas prehispánicas de Perú, la sala de textiles, la de las joyas

y la magnífica colección de piezas en la sala erótica

Atravesar la plaza mayor y poder elegir el medio de transporte

Ir al antiguo correos

construído a principios del siglo pasado

y recorrer su galería ahora convertida en lugar para vender santitos, golosinas, muñecas, loterías, postales...

Visitar la magnífica iglesia y convento de Santo Domingo

con su patio,

su biblioteca,

la tumba de Santa Rosa de Lima (patrona de la ciudad) y del tan venerado y querido fraile negro Fray Martín de Porres; visitar la iglesia mientras una misa para los zapateros tiene lugar y ver imágenes de devoción en cada capilla y cada banco, el santo al que se toca, al que se le dejan peticiones, las expresiones barrocas del catolicismo, imágenes que conmueven

Subir al monte San Cristóbal, allá donde las casas están pintadas de colores y la calles son tan estrecha que sólo puede pasar un coche, donde la niebla oculta las luces de abajo pero donde a 500 metros de altura aún se escucha el ruido de la urbe.
Bajar y pasar por comer picarones, una especie de buñuelitos dulces que luego bañan con melaza con una pizca de maíz

Mil capas, sabores, fes, vidas. Lima.