En la despedida

El pueblo se despierta en silencio. La noche cantó sones hasta la madrugada. Muchos ya se han ido. Los que quedamos nos vamos reuniendo en casa de Arturo y Blanca, y desde allí vamos al rancho donde nos ofrecen otro riquísimo desayuno. (¿Ya he dicho que todos estos días hemos comido todos en casa de Arturo y Blanca, y que nunca ha faltado nada para nadie?)
Nos reímos mucho con esta foto y por supuesto, las coplas están dispuestas para hacer broma acerca de ir o no detenidos,

el Mapache y Fernando, a la cabeza y prendiendo fuego para que la mecha del buen humor no se apague

Unos en camionetas de policías, otros en coches particulares, la carretera es tortuosa pero el paisaje de la Huasteca todo lo abarca, todo lo compensa y achica

En el rancho, el desayuno, además de rico es abundante: enchiladas, cecina, tostadas, sopes, café... Las personas que lo están preparando me dicen que empezaron a preparar cosas un poco antes de las 6 de la mañana para que todo estuviera dispuesto. Siempre hay alguien que trabaja para que todo parezca fluido y fácil.
Aparte de comida, música, cómo no. Los Caporales de Panuco sacan sus instrumentos y todos los demás sus voces para cantar temas que muchos conocen

El día podría continuar así por horas y horas. Nadie quiere tener prisa pero la despedida sí reclama. No se puede viajar de noche, las cosas están demasiado peligrosas ahora en México y hay que calcular muy bien el tiempo de salidas y llegadas.
Antes de despedirno, Arturo entrega su mando a la nueva anfitriona de Son raíz 2011

Los elementos fundamentales del ser, bien utilizados, son los que nos siguen dando la posibilidad de sentir la vida con toda la grandeza que le pertenece.
Me siento afortunada por haber podido vivir este Son raíz, por sentirme querida y acogida desde el primer momento.

El viaje de regreso será largo para todos, tal vez un pasaje de salida para intentar volver a uno mismo. Aunque creo que al final del viaje y del pasaje, ese uno se da cuenta de que algo ha cambiado por dentro.