No existe. Por mucho que se quiera añadir un día más al mes, no es posible. Es sólo que hoy el cartel que Jaime Yañez envía para anunciar las clases de don Elías Meléndez en La casa de la cultura de Tuxtepec, me trae muy entrañables recuerdos
Por eso, de alguna manera, quisiera que el mes durara un poco más, alargarlo casi hasta el jueves y así recibir una clase de jarana y con eso, entender que el tiempo y el espacio se pueden desdoblar como los antojos de la música con todas su sutilezas.
martes, mayo 31, 2011
lunes, mayo 30, 2011
Historias entre rincones
La casa de Carmen tiene rincones y en cada rincón hay un mundo. A veces siento que es una miniatura de muchos de los que existen en la Ciudad de México. (¿Será mucho decir?) Hay un calendario que cuenta historias y simboliza,
hay un muñeco de cartón con su corazón abierto
Hay pasillos y corredores, ventanas de antes y de ahora
que miran la luz de la mañana,
del mediodía,
de la tarde
Tiene arte moldeado o tejido con las manos
y paredes decididas a vivificarse en sus objetos
Carmen y su casa son una. En su ciudad. Ella puede vivir sin ella, y sin embargo, no cabe duda de que ambas se buscan
hay un muñeco de cartón con su corazón abierto
Hay pasillos y corredores, ventanas de antes y de ahora
que miran la luz de la mañana,
del mediodía,
de la tarde
Tiene arte moldeado o tejido con las manos
y paredes decididas a vivificarse en sus objetos
Carmen y su casa son una. En su ciudad. Ella puede vivir sin ella, y sin embargo, no cabe duda de que ambas se buscan
Además, la puerta siempre está abierta
domingo, mayo 29, 2011
Más de música y esperas
Hubiera dado tiempo de volver a la normal de maestros para escuchar alguna conferencia más y luego regresar al centro para ir a un concierto en el Foro Alicia, un concierto para recaudar fondos para los damnificados del terremoto y tsunami de Japón. El concierto estaba anunciado para las 16:03 horas. La cola fue haciéndose más y más larga desde esa hora hasta que nos dejaron entrar a las 5:30. Luego fueron otras tres horas más de pie para escuchar el concierto. Me dieron ganas de irme pero quería escuchar a Son de Madera. Aparte de que el grupo sea muy bueno, la amistad con Ramón Gutierrez, el requintista del grupo, ha ido forjándose desde que nos conociéramos hace ya un poco más de dos años. También a él le quería volver. Tanta fue la espera que conocidos de conocidos se convirtieron en nuevos amigos.
Fueron Los chilaquiles verdes quienes abrieron el concierto
Rompen con el son jarocho tradicional y lo fusionan con diferentes géneros musicales, desde el rap a la cumbia, pasando por otros ritmos caribeños y latinoamericanos
A pesar del calor, de la incomodidad y de un pésimo sonido en el que la guitarra de son, por ejemplo, nunca se llegó a escuchar con claridad o los acoples fueron constantes, ahí nos quedamos todos.
Me impresionó la pasión y devoción que sentías latir en mucha de la gente joven cuando Son de Madera comenzó a tocar
La gente se puso de pie y rompió en un aplauso inmediato cuando un danzón abrió y poco después conectó con un son muy popular, Coco. Pasión por la música del grupo, los talentos individuales de Ramón (requinto, mandolina y voz), Tereso (jarana y voz), Aleph (bajo y voz),
Rubí en el baile y Natalia en el violín
Son de madera es otro de los grupos carismáticos que son referencia constante y obligada en el son jarocho actual. Si están de gira allá donde vivas, vete a verlos.
Al final del concierto, Rubí invitó a bailar con ella a Erandhi,
una preciosa niña de seis años
con la que no te aburres ni un momento. Su manera de ser, su risa y su inteligencia te despiertan y te mueven. Con ella y con sus papás esperamos para entrar. Con ellos y con Rocío, con quien ya había cruzado caminos y con quien hasta ahora no se dió el momento de conocernos
Al final esperamos a que el grupo se reúna
para ir a comer un buen pozole y unos antojitos a La casa de Toño, un lugar que a las 10:30 de la noche del domingo está llenísimo y que un poco más tarde todavía tiene gente esperando para entrar
Fueron Los chilaquiles verdes quienes abrieron el concierto
Rompen con el son jarocho tradicional y lo fusionan con diferentes géneros musicales, desde el rap a la cumbia, pasando por otros ritmos caribeños y latinoamericanos
A pesar del calor, de la incomodidad y de un pésimo sonido en el que la guitarra de son, por ejemplo, nunca se llegó a escuchar con claridad o los acoples fueron constantes, ahí nos quedamos todos.
Me impresionó la pasión y devoción que sentías latir en mucha de la gente joven cuando Son de Madera comenzó a tocar
La gente se puso de pie y rompió en un aplauso inmediato cuando un danzón abrió y poco después conectó con un son muy popular, Coco. Pasión por la música del grupo, los talentos individuales de Ramón (requinto, mandolina y voz), Tereso (jarana y voz), Aleph (bajo y voz),
Rubí en el baile y Natalia en el violín
Son de madera es otro de los grupos carismáticos que son referencia constante y obligada en el son jarocho actual. Si están de gira allá donde vivas, vete a verlos.
Al final del concierto, Rubí invitó a bailar con ella a Erandhi,
una preciosa niña de seis años
con la que no te aburres ni un momento. Su manera de ser, su risa y su inteligencia te despiertan y te mueven. Con ella y con sus papás esperamos para entrar. Con ellos y con Rocío, con quien ya había cruzado caminos y con quien hasta ahora no se dió el momento de conocernos
Al final esperamos a que el grupo se reúna
para ir a comer un buen pozole y unos antojitos a La casa de Toño, un lugar que a las 10:30 de la noche del domingo está llenísimo y que un poco más tarde todavía tiene gente esperando para entrar
sábado, mayo 28, 2011
De músicas y baile
Una de las razones para estar estos días en la Ciudad de México es Son de Milo, un encuentro de música tradicional que este año celebra su décima edición. Aunque no comienza hasta el próximo viernes, ya este fin de semana hay varias actividades organizadas alrededor del encuentro. Hoy escucho un par de conferencias sobre el baile de Tixtla (Guerrero) y sobre la labor educativa de quienes a principios de los años noventa se dieron a la tarea de enseñar a niños y jóvenes a tocar música huasteca. Después de eso, un taller de zapateado de la Tierra caliente de Michoacán y Guerrero con Jose Carlos Martínez Grijalva
Debemos ser 30 en el salón. Hace un calor espantoso pero ahí estamos. Todos estamos por lo mismo, las ganas de aprender los pasos básicos para poder disfrutar de esa maravillosa conjunción de baile y música. Todos andamos con zapatos de tacón pero Jose Carlos baila un rato con huaraches con tablas,
algo que parece que es común en la zona de Apatzingán (Michoacán), uno de los lugares a los que me hubiera gustado ir pero al que ahora mismo es imposible ir por ese asunto que todo el mundo sabe y del que nadie dice en voz alta. No merece la pena correr riesgos.
Por la tarde se hace la presentación de un disco de pasadas ediciones de Son de Milo y después se sirve comida y tocan varios grupos que han participado varios años en el encuentro y de los que se incluye música en el disco del encuentro. Ahí están Cucalambé,
En Tuxtepec, Patricio Hidalgo me comentó de este concierto. Él toca con ellos
Hubo muchas cosas que me gustaron del concierto pero creo que la sonoridad del grupo es lo que más me llama la atención, dulce y redonda, muy cuidada. Cada uno de los miembros contribuye a eso
Debemos ser 30 en el salón. Hace un calor espantoso pero ahí estamos. Todos estamos por lo mismo, las ganas de aprender los pasos básicos para poder disfrutar de esa maravillosa conjunción de baile y música. Todos andamos con zapatos de tacón pero Jose Carlos baila un rato con huaraches con tablas,
algo que parece que es común en la zona de Apatzingán (Michoacán), uno de los lugares a los que me hubiera gustado ir pero al que ahora mismo es imposible ir por ese asunto que todo el mundo sabe y del que nadie dice en voz alta. No merece la pena correr riesgos.
Por la tarde se hace la presentación de un disco de pasadas ediciones de Son de Milo y después se sirve comida y tocan varios grupos que han participado varios años en el encuentro y de los que se incluye música en el disco del encuentro. Ahí están Cucalambé,
y mis buenos amigos, Los brujos de Huejutla, con quienes compartí bastante en noviembre y a quienes me da muchísimo gusto volver a ver
Es como si nos hubiéramos visto hace dos semanas.
Antes de que termine todo salgo hacia el Centro Nacional de las Artes. Llevo tiempo con ganas de escuchar al grupo Tembembe Ensamble Continuo, un grupo de cáara que toca música barroca hispana y novohispana, y que la combina con sones tradicionales de México, principalmente, pero también de la América Latina
Antes de que termine todo salgo hacia el Centro Nacional de las Artes. Llevo tiempo con ganas de escuchar al grupo Tembembe Ensamble Continuo, un grupo de cáara que toca música barroca hispana y novohispana, y que la combina con sones tradicionales de México, principalmente, pero también de la América Latina
En Tuxtepec, Patricio Hidalgo me comentó de este concierto. Él toca con ellos
Hubo muchas cosas que me gustaron del concierto pero creo que la sonoridad del grupo es lo que más me llama la atención, dulce y redonda, muy cuidada. Cada uno de los miembros contribuye a eso
Individualmente son muy buenos músicos con considerables trayectorias artísticas. En grupo, esos talentos individuales se presentan pero también se equilibran. Eso construye una constante invitación a seguir escuchando. Tanto musical como estéticamente, es un lujo verlos actuar
Me gustó la elección del repertorio, los arreglos que conectan las músicas de uno y otro lugar, de uno y otro círculo social. Música "culta" y música popular pierden sus fronteras y se convierten en músicas de un público que las vivía con el mismo gusto con el que ahora las vivimos nosotros. Es el arte del buen hacer.
Me gustó la elección del repertorio, los arreglos que conectan las músicas de uno y otro lugar, de uno y otro círculo social. Música "culta" y música popular pierden sus fronteras y se convierten en músicas de un público que las vivía con el mismo gusto con el que ahora las vivimos nosotros. Es el arte del buen hacer.
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México (2011),
músicas,
Tembembe Ensamble Continuo
viernes, mayo 27, 2011
Puentes
Cuando esta tarde atravieso este puente
ya sé que estoy en la Ciudad de México. Ciudades dentro de las ciudades, lugares que pudieran estar en cualquier otro lugar. Por un momento pienso en Madrid con su calor de agosto en un sol de las 5:30 de la tarde. Hay sequedad y pica. Lugares de ida y vuelta pero sin dirección alguna. Camino deprisa pero no soy la única
Esa mirada rápida mira a los lados sin mirar
¿Cómo será esta tarde de viernes en Madrid, en un puente similar? Cuando se vive como yo estoy viviendo ahora, los puentes del tiempo, días y horas, pierden su sentido. Tal vez ganan otro. Ese puente me lleva hoy a caminar un rato por la colonia Roma. Como en toda ciudad, las aceras entrelazan mundos, formas de vida y tiempos. En esta parte de la ciudad el pasado asoma constantemente. Muchas casonas aparecen aquí y allá,
aunque muchas veces se pierden en cansados abandonos
El caminar de hoy tiene un destino. Hay una tienda en la calle Monterrey llamada Miguelito. Se especializan en ropa y calzado de baile. Voy buscando unos zapatos de baile regional. Ya han sido unas cuantas las insinuaciones para que me subiera a la tarima y unos zapatos para zapateado era lo que en parte, me estaba deteniendo. Ahora ya no puede haber disculpas
Me acerco buscando el frescor del agua
y me pierdo por un momento en esos gestos infinitos y detalles que probablemente digan algo muy distinto a todo el que los mira
Antes de volver a casa camino un rato más.
Atravesar una calles es llegar a otra burbuja dentro de la ciudad
El Ángel de la Independencia me anuncia el Paseo de la Reforma
ya sé que estoy en la Ciudad de México. Ciudades dentro de las ciudades, lugares que pudieran estar en cualquier otro lugar. Por un momento pienso en Madrid con su calor de agosto en un sol de las 5:30 de la tarde. Hay sequedad y pica. Lugares de ida y vuelta pero sin dirección alguna. Camino deprisa pero no soy la única
Esa mirada rápida mira a los lados sin mirar
¿Cómo será esta tarde de viernes en Madrid, en un puente similar? Cuando se vive como yo estoy viviendo ahora, los puentes del tiempo, días y horas, pierden su sentido. Tal vez ganan otro. Ese puente me lleva hoy a caminar un rato por la colonia Roma. Como en toda ciudad, las aceras entrelazan mundos, formas de vida y tiempos. En esta parte de la ciudad el pasado asoma constantemente. Muchas casonas aparecen aquí y allá,
aunque muchas veces se pierden en cansados abandonos
El caminar de hoy tiene un destino. Hay una tienda en la calle Monterrey llamada Miguelito. Se especializan en ropa y calzado de baile. Voy buscando unos zapatos de baile regional. Ya han sido unas cuantas las insinuaciones para que me subiera a la tarima y unos zapatos para zapateado era lo que en parte, me estaba deteniendo. Ahora ya no puede haber disculpas
Con ellos de la mano y una sonrisa por llevarlos, camino por Álvaro Obregón. Recuerdo muy bien el mercadillo que ahí se despliega los domingos y las fuentes a lo largo de la calle
Me acerco buscando el frescor del agua
y me pierdo por un momento en esos gestos infinitos y detalles que probablemente digan algo muy distinto a todo el que los mira
Antes de volver a casa camino un rato más.
Atravesar una calles es llegar a otra burbuja dentro de la ciudad
El Ángel de la Independencia me anuncia el Paseo de la Reforma
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